La cosecha prodigiosa
Fue en la luz
peninsular de tu mirada
donde mis párpados ingenuos
nunca volvieron a casa,
para siempre quedaron abiertos
al abrazarte con sus redes oceánicas,
te han visto y han perdido
tanto el sur como el norte,
perplejos sembradíos
de auroras y amaneceres,
¿A quien más puedo pertenecerle?
Si soy el lenguaje que les une
a las estrellas y los marineros,
si del salitre soy la estatua,
que espera silenciosa en el puerto,
la cosecha prodigiosa:
tu regreso.
Felipe Leon L
Fue en la luz
peninsular de tu mirada
donde mis párpados ingenuos
nunca volvieron a casa,
para siempre quedaron abiertos
al abrazarte con sus redes oceánicas,
te han visto y han perdido
tanto el sur como el norte,
perplejos sembradíos
de auroras y amaneceres,
¿A quien más puedo pertenecerle?
Si soy el lenguaje que les une
a las estrellas y los marineros,
si del salitre soy la estatua,
que espera silenciosa en el puerto,
la cosecha prodigiosa:
tu regreso.
Felipe Leon L