Olimpia Era
Miembro Conocido
LA GEISHA
La hermosura de una geisha
cautivó a un occidental,
que se sentía halagado y sentimental,
por que la hermosa geisha,
le dedicase atenciones.
No lo había visto en otras naciones.
La geisha, mujer delicada
para hacer de compañera,
ha sido educada, así, de esta manera.
Sabe juegos que entretienen,
sabe servir el té
como en ninguna otra parte.
Visten ropas ancestrales,
sus cabellos muy trabajados,
muy blancas, rostros empolvados
y en seda de colores, no las iguales.
Triste he visto a una,
paseando por el jardín.
Ahora se consideran de noble cuna
y tienen olor a jazmín.
No hay mujer en el mundo
que te pueda igualar.
geisha, estas educada, hasta para cantar,
mientras que otras jóvenes, ni un nudo harán.
geisha maravillosa, de cara blanca,
tienes los labios blancos como cerezas,
no penes por el jardín, pero tu rezas
a tus santos ancestrales, para que te amen.
Si te amara un hombre,
dejarías de ser geisha,
para estar amándole, cuidándole,
humildemente, sin sedas, con calma.
Eso llegará, hermosa mujer,
pues estas destinada a querer,
espero que llegue pronto ese amor
y puedas marcharte, sin temor.
Olimpia Era
Reservados Derechos de Autor
España 6/04/14
La hermosura de una geisha
cautivó a un occidental,
que se sentía halagado y sentimental,
por que la hermosa geisha,
le dedicase atenciones.
No lo había visto en otras naciones.
La geisha, mujer delicada
para hacer de compañera,
ha sido educada, así, de esta manera.
Sabe juegos que entretienen,
sabe servir el té
como en ninguna otra parte.
Visten ropas ancestrales,
sus cabellos muy trabajados,
muy blancas, rostros empolvados
y en seda de colores, no las iguales.
Triste he visto a una,
paseando por el jardín.
Ahora se consideran de noble cuna
y tienen olor a jazmín.
No hay mujer en el mundo
que te pueda igualar.
geisha, estas educada, hasta para cantar,
mientras que otras jóvenes, ni un nudo harán.
geisha maravillosa, de cara blanca,
tienes los labios blancos como cerezas,
no penes por el jardín, pero tu rezas
a tus santos ancestrales, para que te amen.
Si te amara un hombre,
dejarías de ser geisha,
para estar amándole, cuidándole,
humildemente, sin sedas, con calma.
Eso llegará, hermosa mujer,
pues estas destinada a querer,
espero que llegue pronto ese amor
y puedas marcharte, sin temor.
Olimpia Era
Reservados Derechos de Autor
España 6/04/14