Fernando José Martinez Alderete
Miembro
La ira
“La ira es una locura de corta duración”.
Horacio
Cuando veo una mujer golpeada a causa del machismo,
la ira incontrolable como flecha envenenada me traspasa,
deseo quemarles las manos con un hierro ardiendo en la brasa,
para hacer cenizas el altivo y ventajoso despotismo.
El abuso a la inocencia de los niños siembra rabia en los ojos,
cegando nuestra vista, porque el engaño hiere,
en el dolor de la ira la confianza de un golpe artero muere
y a una inocente risa llena entusiasmo infantil le pone cerrojos.
Es furia por los celos malditos descontrolada,
corriente de los océanos sin límite ni medida,
violencia inconsciente, insultante acometida,
que sin meditarlo termina en una dura bofetada.
Es candente inflamación,
desviación de los sentidos,
como una piedra nos hace caer en obsesiones desvalidos,
haciendo añicos nuestra invaluable intuición.
Es el enojo chispa centellante,
un tigre esperando vengarse,
tornado renuente a calmarse,
dinamita que estalla beligerante.
Fernando J. Martínez A.
“La ira es una locura de corta duración”.
Horacio
Cuando veo una mujer golpeada a causa del machismo,
la ira incontrolable como flecha envenenada me traspasa,
deseo quemarles las manos con un hierro ardiendo en la brasa,
para hacer cenizas el altivo y ventajoso despotismo.
El abuso a la inocencia de los niños siembra rabia en los ojos,
cegando nuestra vista, porque el engaño hiere,
en el dolor de la ira la confianza de un golpe artero muere
y a una inocente risa llena entusiasmo infantil le pone cerrojos.
Es furia por los celos malditos descontrolada,
corriente de los océanos sin límite ni medida,
violencia inconsciente, insultante acometida,
que sin meditarlo termina en una dura bofetada.
Es candente inflamación,
desviación de los sentidos,
como una piedra nos hace caer en obsesiones desvalidos,
haciendo añicos nuestra invaluable intuición.
Es el enojo chispa centellante,
un tigre esperando vengarse,
tornado renuente a calmarse,
dinamita que estalla beligerante.
Fernando J. Martínez A.
