Olimpia Era
Miembro Conocido
LA LUZ DEL FARO
Tu estás dormido a mi lado,
yo desvelada estoy,
me levanto con mucho cuidado
y de la habitación me voy.
En el balcón asomada
veo el faro funcionar,
está lejos, pero me deja hipnotizada
y, como en trance, una visión me invade.
Me veo sola sin ti,
estoy triste, desolada,
no sé si te apartaste de mí
o he sido abandonada.
Vuelvo en mí, con esa rara sensación
e inquietud, vuelvo a la habitación.
Tu sigues dormido, miro tu expresión
y no cambia, ni notas que no estoy.
Está en el horizonte,
asomando la luz del alba
y tu sigues durmiendo, como bisonte
y yo, despierta, e inquieta el alma.
¿Por qué sentiré estas cosas?
Yo siempre confío en ti,
hace tiempo que no traes rosas,
pero eso no es motivo... ¿o sí?
Vinimos este fin de semana
por que querías hablar,
llegamos anoche, llamé a mi hermana
y nos fuimos a acostar.
Veo que te levantas,
que te vistes, ¿por qué?,
siempre te gusta el pijama, hasta
después del café.
Tu empiezas el discurso,
en un paseo por el jardín,
yo te escucho bajo el jazmín
y no puedo creer como llevar el curso.
Ahora dices que me amas,
después que es solo cariño,
estoy desorientada, como un niño,
y ya no sé lo que soy.
Yo pensaba, que era tu gran amor
y ahora resulta, que me hacías un favor,
que desde hace tiempo, amor no hay,
pero te equivocas “favor”, no necesito.
Me romperás el alma,
pero yo la recompondré
y, volveré a vivir con calma,
poco a poco, a ser yo volveré.
Todo en la vida enseña,
te endurece el corazón,
en el alma te deja una seña,
cual muesca en un pilón.
Ahora vivo más por mí,
no me desvivo por nadie,
si me quieren, ha de ser así
y si no, que se vayan lejos de aquí.
Hoy he vuelto a ese lugar
donde yo miraba el faro
y he sentido ganas de jugar,
pues mi vida sigue y no paro.
Olimpia Era
Tu estás dormido a mi lado,
yo desvelada estoy,
me levanto con mucho cuidado
y de la habitación me voy.
En el balcón asomada
veo el faro funcionar,
está lejos, pero me deja hipnotizada
y, como en trance, una visión me invade.
Me veo sola sin ti,
estoy triste, desolada,
no sé si te apartaste de mí
o he sido abandonada.
Vuelvo en mí, con esa rara sensación
e inquietud, vuelvo a la habitación.
Tu sigues dormido, miro tu expresión
y no cambia, ni notas que no estoy.
Está en el horizonte,
asomando la luz del alba
y tu sigues durmiendo, como bisonte
y yo, despierta, e inquieta el alma.
¿Por qué sentiré estas cosas?
Yo siempre confío en ti,
hace tiempo que no traes rosas,
pero eso no es motivo... ¿o sí?
Vinimos este fin de semana
por que querías hablar,
llegamos anoche, llamé a mi hermana
y nos fuimos a acostar.
Veo que te levantas,
que te vistes, ¿por qué?,
siempre te gusta el pijama, hasta
después del café.
Tu empiezas el discurso,
en un paseo por el jardín,
yo te escucho bajo el jazmín
y no puedo creer como llevar el curso.
Ahora dices que me amas,
después que es solo cariño,
estoy desorientada, como un niño,
y ya no sé lo que soy.
Yo pensaba, que era tu gran amor
y ahora resulta, que me hacías un favor,
que desde hace tiempo, amor no hay,
pero te equivocas “favor”, no necesito.
Me romperás el alma,
pero yo la recompondré
y, volveré a vivir con calma,
poco a poco, a ser yo volveré.
Todo en la vida enseña,
te endurece el corazón,
en el alma te deja una seña,
cual muesca en un pilón.
Ahora vivo más por mí,
no me desvivo por nadie,
si me quieren, ha de ser así
y si no, que se vayan lejos de aquí.
Hoy he vuelto a ese lugar
donde yo miraba el faro
y he sentido ganas de jugar,
pues mi vida sigue y no paro.
Olimpia Era