Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
LA PURA VERDA’, PARECE CUENTO
Me juí pa’l norte pa’ ganar mi lana.
Lo traiba metido ya en la cabeza,
ya que acá es muy poco lo que uno se gana
y siempre se vive en la vil pobreza.
Me di harta prisa nomás pa’l pollero,
a mis animales y una que otra cosa
lo dejé vendido. Seguro estaba que con la dolariza,
en muy poco tiempo dejaría de estar jodido.
Pero ese gusto me tardó muy poco,
tan pronto llegué a la dichosa frontera,
había cada loco
y más que eso, gente muy ratera.
Para colmo mío, eran mis “paisanos”,
y pa’ empezar se acercan nomás a robarte
y es de imaginarse qué quieren quitarte,
lo que a sacrificios lograste juntar.
¡Mira! si por esto vas a rezongar,
ya nomás por eso te pueden matar.
Lo mismo y más duro es del otro lado;
tratar de cruzarse está rete “cañón”,
con sólo el intento y sin haber cruzado,
te tiran balazos, a’í no hay compasión.
Pero lo increíble es que en un descuido,
sin que lo notara que me dan el “baje”,
el propio “paisano”, resultó bandido.
¡Caí por creido y también por maje!
¡Ni modos! a pata y descalzo regresé a mi chante,
casi muerto de hambre y todo mugroso.
Ya, a’í, sin chistar, me tiré al petate
y me puse a llorar como un mocoso.
Yo, mis hijos, mi vieja, todos abrazados,
hice la promesa que hay que mejorar.
Estuvo ya suave de estar bien fregados
y no hay de otra, mas que trabajar.
¿Nada ya de dólares? ¡Adiós al intento!
Todo es tan simple, porque es soñar!
Ese sueño verde…, sólo es puro cuento…
¡Y ya estuvo suave, hay que despertar!
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
18/01/2018 Derechos de Autor Reservados.©
Me juí pa’l norte pa’ ganar mi lana.
Lo traiba metido ya en la cabeza,
ya que acá es muy poco lo que uno se gana
y siempre se vive en la vil pobreza.
Me di harta prisa nomás pa’l pollero,
a mis animales y una que otra cosa
lo dejé vendido. Seguro estaba que con la dolariza,
en muy poco tiempo dejaría de estar jodido.
Pero ese gusto me tardó muy poco,
tan pronto llegué a la dichosa frontera,
había cada loco
y más que eso, gente muy ratera.
Para colmo mío, eran mis “paisanos”,
y pa’ empezar se acercan nomás a robarte
y es de imaginarse qué quieren quitarte,
lo que a sacrificios lograste juntar.
¡Mira! si por esto vas a rezongar,
ya nomás por eso te pueden matar.
Lo mismo y más duro es del otro lado;
tratar de cruzarse está rete “cañón”,
con sólo el intento y sin haber cruzado,
te tiran balazos, a’í no hay compasión.
Pero lo increíble es que en un descuido,
sin que lo notara que me dan el “baje”,
el propio “paisano”, resultó bandido.
¡Caí por creido y también por maje!
¡Ni modos! a pata y descalzo regresé a mi chante,
casi muerto de hambre y todo mugroso.
Ya, a’í, sin chistar, me tiré al petate
y me puse a llorar como un mocoso.
Yo, mis hijos, mi vieja, todos abrazados,
hice la promesa que hay que mejorar.
Estuvo ya suave de estar bien fregados
y no hay de otra, mas que trabajar.
¿Nada ya de dólares? ¡Adiós al intento!
Todo es tan simple, porque es soñar!
Ese sueño verde…, sólo es puro cuento…
¡Y ya estuvo suave, hay que despertar!
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
18/01/2018 Derechos de Autor Reservados.©
Última edición: