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Las incidencias de mi vida

Las incidencias de mi vida


Narro los incidentes de mi vida
en décima espinela, no en soneto,
amigos, las relato con respeto
por ser ustedes gente distinguida.
Con escritura simple, no florida,
apenas si cursé la elemental
en una zona inhóspita, rural,
me dirijo al amable receptor,
contándole mi historia sin temor,
por ser una aventura universal.


Haciéndole el amor a la vecina
me sorprendió, infraganti, la mujer,
ella se enfureció al parecer
que casi de un balazo me fulmina.
Asustado corrí a la cantina,
me tomé una botella de aguardiente,
volviéndome la calma lentamente;
pasé por un problema complicado,
estando con ustedes apenado;
lo siento que estas cosas les comente.


Al final acordamos otro chance
echándole tierrita a lo pasado,
las traiciones dejándolas de lado,
para no terminar con el romance.
Arrojado al olvido aquel percance,
así los días iban transcurriendo
y se estaba el amor fortaleciendo.
Mas, ¡cómo les parece mis señores!
que la casta mujer de mis amores
la pillé de un prostíbulo saliendo.


Sigifredo Silva R.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Las incidencias de mi vida


Narro los incidentes de mi vida
en décima espinela, no en soneto,
amigos, las relato con respeto
por ser ustedes gente distinguida.
Con escritura simple, no florida,
apenas si cursé la elemental
en una zona inhóspita, rural,
me dirijo al amable receptor,
contándole mi historia sin temor,
por ser una aventura universal.


Haciéndole el amor a la vecina
me sorprendió, infraganti, la mujer,
ella se enfureció al parecer
que casi de un balazo me fulmina.
Asustado corrí a la cantina,
me tomé una botella de aguardiente,
volviéndome la calma lentamente;
pasé por un problema complicado,
estando con ustedes apenado;
lo siento que estas cosas les comente.


Al final acordamos otro chance
echándole tierrita a lo pasado,
las traiciones dejándolas de lado,
para no terminar con el romance.
Arrojado al olvido aquel percance,
así los días iban transcurriendo
y se estaba el amor fortaleciendo.
Mas, ¡cómo les parece mis señores!
que la casta mujer de mis amores
la pillé de un prostíbulo saliendo.


Sigifredo Silva R.

jajjajajajajjaja que mal le salió la jugada jajjaja un poema genial me he reído de lo lindo jajjaja muy buen poema,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

Lyliam

Miembro Conocido
Jjajajja, este Sigifredo y sus andanzas... y es que el que a hierro mata no puede pretender morir a bolsazos amigo cornudito. Un abrazo esquivando su frente jajjajajja
 

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