Yaneth Hernández
Miembro Conocido
Yo tengo fiebre de aquellos besos,
de la sal de aquellos labios,
de la mano nácar que apriete mis ganas;
de esa flecha que cruza tu alma.
Quiero ser la esencia del núbil de tu anochecer,
de los vapores celestiales que el cielo te brinda,
y de la fascinante enredadera que en tu espalda nace.
Anhelo mitigar con tus aires las penas de mis cantares
y al unísono con la noche desnudarte
al grato compás de mi desenfado,
¡Ah! Y si un suspiro a mi pecho arrancas,
que la luna lo entronice entre las perlas de tus carnes.
Derechos reservados
de la sal de aquellos labios,
de la mano nácar que apriete mis ganas;
de esa flecha que cruza tu alma.
Quiero ser la esencia del núbil de tu anochecer,
de los vapores celestiales que el cielo te brinda,
y de la fascinante enredadera que en tu espalda nace.
Anhelo mitigar con tus aires las penas de mis cantares
y al unísono con la noche desnudarte
al grato compás de mi desenfado,
¡Ah! Y si un suspiro a mi pecho arrancas,
que la luna lo entronice entre las perlas de tus carnes.
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