Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
LIBORIO. BEBIDA Y RELIGIÓN
LIBORIO: Con más de sesenta años de edad, no avejentado, llegó a ser causa de polémica porque muchos se preguntaban: “¿cómo le ha hecho para conservarse así?”, y no faltó quien contestara que “estaba conservado en alcohol”. Al parecer, LIBORIO, hacía honor a su nombre, ya que era aficionado a: “libar, chupar, beber, ingerir, etc.), bebidas alcohólicas. Según decía él, que: “por su prodigiosa garganta habían pasado desde el pulque y cerveza, hasta los más sofisticados vinos y licores”, es decir, había ingerido de todo; pero si alguien preguntara “qué es lo que no ha ingerido”, de seguro contestaría: “agua”, porque siempre decía que: “el agua es tan mala que hasta la bendice el cura, por eso mejor la bebo convertida en vino. Desde pequeño, LIBORIO, empezó a trabajar; era el clásico “7 oficios 14 necesidades”, porque destacó como ayudante de albañil, pintor de casas y autos; ayudante de mecánico automotriz; incursionó en la tipografía, fue taquero; también obrero textil, rotulista, decorador, carpintero, comerciante y quién sabe cuántas cosas más y …, lógico, hasta rebasó lo clásico. Desde ahí empezó su por la bebida. Entre sus cualidades estaba la música, el canto y la poesía, además de comediante. Cuando se le subían los humos del alcohol empezaba a entonar alguna canción e improvisaba algo de su inspiración; le salía lo poeta y contaba chistes; era todo un showman; todo un bohemio de corazón. No faltó quien dijera que cantaba como Narciso (feo pero macizo). Rara vez se le miraba serio o malhumorado. A todo mundo saludaba, fueran niños o adultos y para él no existían clases sociales. Tampoco faltó quien se atreviera a salir de dudas y a quemarropa le hizo la pregunta clave --- tal vez, para él, incomoda---: “--- ¿LIBORIO?, alguna vez has dejado la bebida? “--- Él contestó: “¡No mano! Mi profesión de “chupamaro”, me ha costado mucho, por eso no la dejo”. “--- Bueno, pero ¿algún día dejarás de beber?”, y él contestó enfáticamente, “--- ¡Claro! cuando me muera!”. “--- Pero: ”¿Cuál es la razón por tu afición a la bebida?”, LIBORIO, contestó de inmediato: “--- ¡TODO ES CULPA DE LA RELIGIÓN!”; ustedes saben que soy respetuoso de la religión, sobre todo como creyente. “--- ¿Cómo está eso? ---Se preguntaron---: “--- Verán: “… en una ocasión quisieron “chorearme”, por mi gusto a la bebida y me hicieron saber que en algo me parecía a un “buen cristiano”; yo desconocía eso, entonces me hicieron saber que para eso se deben seguir los preceptos de la religión que son: “católico, apostólico y romano”. Toda la bola de estúpidos que estaban ahí presentes, ese momento se burlaron, dijeron que yo era algo parecido, casi igual, con la diferencia de que era yo: “alcohólico, apestólico y remono”.
“--- Su burla me taladró hasta los huesos, --- fingí, para no darles gusto y seguí el juego---, entonces se me ocurrió un pasaje bíblico:”
“-- ¿Recuerdan las Bodas de Caná”, donde Cristo convirtió el agua en vino?”. “--- Efectivamente, no hay mucha diferencia…: ”tomé una botella de aguardiente, me serví en un vaso con cierta elegancia y respeto…” entonces dije: “--- esto es semejante a una oración que todos conocemos…, y dice así: “El pomo nuestro de cada día, dánoslo hoy y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden…, “--- a la hora de llevármela a la boca dije: “---Vénganos a tu reino y hágase tu voluntad y…,¡Salud!!!”. ¡Miren!!! De esta manera bebo agua convertida en vino. Amén… “---Por eso LIBORIO, es bebedor: “POR CULPA DE LA RELIGION” JURCAN. D. R. 18/02/2014.
LIBORIO: Con más de sesenta años de edad, no avejentado, llegó a ser causa de polémica porque muchos se preguntaban: “¿cómo le ha hecho para conservarse así?”, y no faltó quien contestara que “estaba conservado en alcohol”. Al parecer, LIBORIO, hacía honor a su nombre, ya que era aficionado a: “libar, chupar, beber, ingerir, etc.), bebidas alcohólicas. Según decía él, que: “por su prodigiosa garganta habían pasado desde el pulque y cerveza, hasta los más sofisticados vinos y licores”, es decir, había ingerido de todo; pero si alguien preguntara “qué es lo que no ha ingerido”, de seguro contestaría: “agua”, porque siempre decía que: “el agua es tan mala que hasta la bendice el cura, por eso mejor la bebo convertida en vino. Desde pequeño, LIBORIO, empezó a trabajar; era el clásico “7 oficios 14 necesidades”, porque destacó como ayudante de albañil, pintor de casas y autos; ayudante de mecánico automotriz; incursionó en la tipografía, fue taquero; también obrero textil, rotulista, decorador, carpintero, comerciante y quién sabe cuántas cosas más y …, lógico, hasta rebasó lo clásico. Desde ahí empezó su por la bebida. Entre sus cualidades estaba la música, el canto y la poesía, además de comediante. Cuando se le subían los humos del alcohol empezaba a entonar alguna canción e improvisaba algo de su inspiración; le salía lo poeta y contaba chistes; era todo un showman; todo un bohemio de corazón. No faltó quien dijera que cantaba como Narciso (feo pero macizo). Rara vez se le miraba serio o malhumorado. A todo mundo saludaba, fueran niños o adultos y para él no existían clases sociales. Tampoco faltó quien se atreviera a salir de dudas y a quemarropa le hizo la pregunta clave --- tal vez, para él, incomoda---: “--- ¿LIBORIO?, alguna vez has dejado la bebida? “--- Él contestó: “¡No mano! Mi profesión de “chupamaro”, me ha costado mucho, por eso no la dejo”. “--- Bueno, pero ¿algún día dejarás de beber?”, y él contestó enfáticamente, “--- ¡Claro! cuando me muera!”. “--- Pero: ”¿Cuál es la razón por tu afición a la bebida?”, LIBORIO, contestó de inmediato: “--- ¡TODO ES CULPA DE LA RELIGIÓN!”; ustedes saben que soy respetuoso de la religión, sobre todo como creyente. “--- ¿Cómo está eso? ---Se preguntaron---: “--- Verán: “… en una ocasión quisieron “chorearme”, por mi gusto a la bebida y me hicieron saber que en algo me parecía a un “buen cristiano”; yo desconocía eso, entonces me hicieron saber que para eso se deben seguir los preceptos de la religión que son: “católico, apostólico y romano”. Toda la bola de estúpidos que estaban ahí presentes, ese momento se burlaron, dijeron que yo era algo parecido, casi igual, con la diferencia de que era yo: “alcohólico, apestólico y remono”.
“--- Su burla me taladró hasta los huesos, --- fingí, para no darles gusto y seguí el juego---, entonces se me ocurrió un pasaje bíblico:”
“-- ¿Recuerdan las Bodas de Caná”, donde Cristo convirtió el agua en vino?”. “--- Efectivamente, no hay mucha diferencia…: ”tomé una botella de aguardiente, me serví en un vaso con cierta elegancia y respeto…” entonces dije: “--- esto es semejante a una oración que todos conocemos…, y dice así: “El pomo nuestro de cada día, dánoslo hoy y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden…, “--- a la hora de llevármela a la boca dije: “---Vénganos a tu reino y hágase tu voluntad y…,¡Salud!!!”. ¡Miren!!! De esta manera bebo agua convertida en vino. Amén… “---Por eso LIBORIO, es bebedor: “POR CULPA DE LA RELIGION” JURCAN. D. R. 18/02/2014.
