Mariana Cuaspa
Miembro Conocido
Condolida la lluvia
somete mi delirio
desprendido en esta tarde.
El desamparo aumenta su ritmo
inconsciente, loco.
Presuroso atraviesa
sin medir la inmensidad de mi dolor.
Desgajado mi pecho se humedece
danza en el dolor.
No se atreve a callar su pertinaz lamento.
Llanto y lluvia se confunden.
Un aire caminante
desde el cielo viene
se abre paso entre mis manos
se estaciona tiritando...
Llega consolador.
Escapé al persistente silencio;
en pedazos llega el eco
que pido me socorra.
Se aligera mis sombra
se perfila en mis labios el dolor
siento el límite evidente de la nada.
Recojo lo que fue el vestigio
de lágrimas ya extinguidas.
El privilegio de lo inexplicable
la distancia se desvanece... que lejano.
Se mide la distancia del olvido
al borde de un horizonte sin salida.
Llanto y lluvia se confunden.
somete mi delirio
desprendido en esta tarde.
El desamparo aumenta su ritmo
inconsciente, loco.
Presuroso atraviesa
sin medir la inmensidad de mi dolor.
Desgajado mi pecho se humedece
danza en el dolor.
No se atreve a callar su pertinaz lamento.
Llanto y lluvia se confunden.
Un aire caminante
desde el cielo viene
se abre paso entre mis manos
se estaciona tiritando...
Llega consolador.
Escapé al persistente silencio;
en pedazos llega el eco
que pido me socorra.
Se aligera mis sombra
se perfila en mis labios el dolor
siento el límite evidente de la nada.
Recojo lo que fue el vestigio
de lágrimas ya extinguidas.
El privilegio de lo inexplicable
la distancia se desvanece... que lejano.
Se mide la distancia del olvido
al borde de un horizonte sin salida.
Llanto y lluvia se confunden.