Ramon
Miembro Conocido
En uno de mis viaje, interestelares, en una galaxia perdida, encontramos un planeta, todavía por descubrir, y dando las señales de paz y amistad, hasta ahora conocidas, decidimos bajar al planeta, al no tener motivos de desprecio ante nuestra presencia en el nuevo planeta.
En tierra firme notamos que se podía respirar, como en la Tierra, y que la vida, aparentemente era muy parecida,…. Entonces apareció con sumo sigilo y muy cautelosamente, lo que podríamos llamar, una persona, un nativo del planeta, tenia aparentemente unos rasgos muy parecidos a los nuestros, pero una diferencia clara, su cabeza era cuadrada, literalmente cuadrada. Por nariz simplemente dos agujeritos, sus orejas eran una minúscula membrana, con un agujero igualmente pequeño, que sobresalían de sus caras, en forma de cubo cuadrado.
Entonces di un par de pasos hacia delante y con las manos abiertas me presente,
-Mon, dije, acercándome las manos a mi pecho, mi nombre es Mon.
El ser me contesto.
-Sor, dijo el haciendo el mismo gesto.
Acto seguido, me hizo una señal, como para seguirle, diciéndome,
-plut, plut.
Yo entendí que le siguiera, y me llevo a una especie de casa grandiosa, lo que podríamos llamar un Palacete, o Palacio.
Allí y tras esperar uno segundos, se acercaron unos diez seres más, en el centro de todos ellos apareció uno con ropajes más lujosos.
-Bonvine, a Dragmia, dijo el ser más característico, alzando los brazos, entendí que me daba la bienvenida a su país.
Le explique el motivo de mis viajes, y de entrar en su país.
El cual no era otro que conocer nuevas formas de vida, aprender de otros seres a través de las galaxias infinitas.
Im Proto, King de Dragmia, the invito a que conozcas Dragmia, im seré tu anfitrión, cuanto ics estarás en Dragmia?
Le conteste, tras darle las gracias, que quizás 3 ó 4 días, eran los que tenía previsto estar en su país.
El Rey asentó con la cabeza, y me dijo:
-You tendrás hamm, ven,
Y le seguí, entramos en una sala donde había una gran mesa llena de comida,
Y nos dispusimos a comer todos juntos.
En la mesa había todo tipo de comida,había como caldos, tipo sopa, sin nada, todo tipo de carnes, quizás no se reconocía ningún animal específico, pero los sabores eran parecidos a la ternera y al pollo. Las bebidas eran aparte del agua, algo parecido a un mosto tipo vino, intenso, pero que se hacía fácil de beber.
En un momento se levanto, y alzando su copa, dijo
Im King de Dragmia, recsta mi taza for nuestros ivins, en paz y armonía, for una justa corcore juntos.
Nuestro idioma y el suyo se parecían bastante, cosa que me hizo llegar a entender que era un brindis por nuestra amistad y convivencia juntos.
La cena transcurrió muy cómoda, nosotros estuvimos contándoles todas las aventuras vividas, a lo largo de nuestros viajes, donde conocimos todo tipo de culturas, y seres.
Seres que eran de color verde, otros de color rojo, como la sangre, habían seres realmente diminutos de apenas 80 centímetrosde altura, otros muy altos yo diría que de hasta 3 metros, seres absolutamente anchos, y desiguales con cinturas de un diámetro superior a un metro y medio, y cuya altura era parecida a la nuestra, a todos ellos me los imagino en nuestro planeta tierra, y…. ufff, sería increíble.
En cuanto a las culturas, pues había de todo tipo también, muy religiosas, adorando en la mayor parte del día a algún tipo de Dios para ellos. Los había que eran extremadamente temerarios, lo cual explicaría porque los seres que vimos aparentaban ser todos jóvenes.
Igual que pasa en nuestro planeta, la Tierra, había tímidos, agresivos, pasivos, etcétera.
Pero de forma que en la Tierra los continentes tienen unos habitantes con rasgos determinados, como por ejemplo los orientales de piel más amarillenta y ojos rasgados hacia los lados, o como el continente Africano, con piel oscura.
La mayor diferencia es que en todos los planetas visitados no había diferencias raciales, todos eran iguales, cierto es que tenían pequeñas diferencias, pero los habitantes de un extremo del planeta con los del otro extremo, se parecían mucho, y en ningún caso había rivalidades, ni por motivos de razas, ni por colectivos.
Es eso exactamente lo que hace que nuestro cuaderno de bitácora sea importantísimo, para nuestra cultura, y mejorar en todos los aspectos, las relaciones entre los humanos y todos los seres vivos.
Durante los tres días que estuvimos en el planeta no pararon de agasajarnos, comentamos las costumbres, que podríamos aplicar perfectamente en nuestra Tierra, en cualquier rincón de cualquier continente.
Aprendimos de sus forma de vivir, de su actitud, de su amabilidad, podemos comentar con sorpresa que no vivimos ninguna discusión, ni malos modos, ni malos tratos, por decir que el tono de voz en el que hablaban constantemente, era muy suave, casi invitando a tranquilizar todo el ambiente. Realmente una cultura impresionante en todos sus aspectos, incluso en su riqueza, por cierto, no utilizaban dinero, al menos tal y como lo conocemos nosotros, lo más habitual era un intercambio, se cambiaban las cosas, y todo con suma amabilidad.
Para cuando nos íbamos nos dieron unos regalos, que llevaremos a nuestro querido planeta,
con orgullo, sin duda este lugar permanecerá en nuestro recuerdo para siempre de forma muy grata.
De Ramon Ubalde.
Valencia (España).
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