Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Me surgió de repente y fue del alma
un ¡te quiero! insensato, una locura.
Mas después, encontrándome ya en calma,
que lo dije en verdad se me figura.
¿Cómo puedes amar a un viejo loco
que no puede ofrecerte apenas nada?
Pero tengo mis versos, que no es poco.
Mas no dan de comer, mi dulce amada.
Pero sé, ¡y no es un sueño, vida mía!,
que al final sí tendré la inmensa suerte
de tenerte a mi lado el triste día
en que venga a por mí la Negra Muerte.
A tu lado, en tus brazos, ¡dame un beso
y después, sin temor, me lleve preso!
un ¡te quiero! insensato, una locura.
Mas después, encontrándome ya en calma,
que lo dije en verdad se me figura.
¿Cómo puedes amar a un viejo loco
que no puede ofrecerte apenas nada?
Pero tengo mis versos, que no es poco.
Mas no dan de comer, mi dulce amada.
Pero sé, ¡y no es un sueño, vida mía!,
que al final sí tendré la inmensa suerte
de tenerte a mi lado el triste día
en que venga a por mí la Negra Muerte.
A tu lado, en tus brazos, ¡dame un beso
y después, sin temor, me lleve preso!