angela rodriguez
Miembro Conocido
MI NIÑO DE ABRIL.
Nueve meses de un año, 11 horas de un día,
30 minutos de una hora y diez años de una vida
son el resumen de tu historia,
cuarenta y cinco centímetros, unos brazos, una sonrisa y el cielo
son el tamaño de un te quiero,
agosto, enero y abril son los meses que dieron inicio a esta historia,
diez nochebuenas, diez vueltas del sol alrededor de esta tierra
y un par de ojitos brillantes que cada día se despiertan
son la prueba de que el tiempo no da espera.
Mi niño de abril
pequeño gigante de dulce risa bella,
de abrazos fuertes e imaginación que vuela,
mi niño de abril
lleno de magia y colores,
de ojos oscuros como la noche
y pasos de gigante en pequeños pies.
Por proteger una sola pluma de tus alas
diera el alma y la vida entera,
fuera payaso cada día,
por una sonrisa de esas que hacen magia
por el brillo en tus ojos
treparía las nubes del cielo y robaría los luceros
por un día más de luz en tu mirada.
Mi niño de abril y de la vida entera,
tu alma es más grande que una galaxia completa,
¡perdón! por no ser capaz de ver la infinidad
de tu ser tan pequeño, de tu corazón tan contento…
¡perdón! por darte un mundo tan pequeño
y solo poder dejarte desde abajo ver el cielo
pero si las estrellas tuviera;
te las pondría en el pelo.
Mi niño de abril
la mitad de mi vida te he dado hasta el momento
es poco o nada, pero es lo que tengo;
cuando alcance la luna en el cielo…
te la pongo en la mesita de noche y al lado un lucero,
traigo un par de nubes para hacerte un columpio
y te compro el viento
para que vueles con las pompas de jabón
a un lugar más grande donde quepa tu corazón y tus sueños.
Mi niño de abril
Te doy para jugar todos los días que queden de mi vida
Y dos brazos en verano y en invierno.
Ángela Rodríguez.
2018.
Nueve meses de un año, 11 horas de un día,
30 minutos de una hora y diez años de una vida
son el resumen de tu historia,
cuarenta y cinco centímetros, unos brazos, una sonrisa y el cielo
son el tamaño de un te quiero,
agosto, enero y abril son los meses que dieron inicio a esta historia,
diez nochebuenas, diez vueltas del sol alrededor de esta tierra
y un par de ojitos brillantes que cada día se despiertan
son la prueba de que el tiempo no da espera.
Mi niño de abril
pequeño gigante de dulce risa bella,
de abrazos fuertes e imaginación que vuela,
mi niño de abril
lleno de magia y colores,
de ojos oscuros como la noche
y pasos de gigante en pequeños pies.
Por proteger una sola pluma de tus alas
diera el alma y la vida entera,
fuera payaso cada día,
por una sonrisa de esas que hacen magia
por el brillo en tus ojos
treparía las nubes del cielo y robaría los luceros
por un día más de luz en tu mirada.
Mi niño de abril y de la vida entera,
tu alma es más grande que una galaxia completa,
¡perdón! por no ser capaz de ver la infinidad
de tu ser tan pequeño, de tu corazón tan contento…
¡perdón! por darte un mundo tan pequeño
y solo poder dejarte desde abajo ver el cielo
pero si las estrellas tuviera;
te las pondría en el pelo.
Mi niño de abril
la mitad de mi vida te he dado hasta el momento
es poco o nada, pero es lo que tengo;
cuando alcance la luna en el cielo…
te la pongo en la mesita de noche y al lado un lucero,
traigo un par de nubes para hacerte un columpio
y te compro el viento
para que vueles con las pompas de jabón
a un lugar más grande donde quepa tu corazón y tus sueños.
Mi niño de abril
Te doy para jugar todos los días que queden de mi vida
Y dos brazos en verano y en invierno.
Ángela Rodríguez.
2018.
