Edith Elvira Colqui Rojas
Miembro Conocido
Morir en soledad, es carroza fúnebre,
desiertos solitario sin nombre;
es morir sin luz, sin paz, sin voces
de consuelo,
sin brazos de fraternidad.
Morir en soledad
es morir
dos, tres, cuatro veces,
muchas veces más,
desiertos solitario sin nombre;
es morir sin luz, sin paz, sin voces
de consuelo,
sin brazos de fraternidad.
Morir en soledad
es morir
dos, tres, cuatro veces,
muchas veces más,
en noches de interminables
de orfandad.
Oh, amarga soledad,
quita tus mantos de mi piel,
ya no quiero los clavos que me hieren.
Tu presencia me hace llorar en amargo mar.
Aquí me encuentro
sola en la cama de un hospital,
la ciencia me ha desahuciado
padezco una terrible enfermedad.
Mis amigos y familiares
se olvidaron de caridad.
Me rondan los pájaros negros de la nostalgia
¡La voz del vacío, cómo suena de este lugar!
picotea mi corazón la desabrida desolación,
Sola, muy sola
y acompañada
de esta fiera e inclemente soledad.
Sola me dejaron,
cuando las canas pintaron mis cabellos,
cuando las fuerzas rodaron de mis miembros;
¿Cómo se olvidaron de todos mis esfuerzos y desvelos?
Hoy solo almuerzo, penas y tristezas,
me matan la angustia y la ansiedad.
Siento un dolor de hielo frío
y angustias de muerte
al ver que iré al panteón solitario
sin compañía,
de los que supe amar.
¡Llévame muerte, llévame!
Quiero morir ya,
Dios mío,
acógeme en tu nidal,
estoy cansada de ver la cara agreste,
del abandono,
haciéndome muecas diariamente,
no, no quiero ser devorada fieramente,
por la triste soledad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados
de orfandad.
Oh, amarga soledad,
quita tus mantos de mi piel,
ya no quiero los clavos que me hieren.
Tu presencia me hace llorar en amargo mar.
Aquí me encuentro
sola en la cama de un hospital,
la ciencia me ha desahuciado
padezco una terrible enfermedad.
Mis amigos y familiares
se olvidaron de caridad.
Me rondan los pájaros negros de la nostalgia
¡La voz del vacío, cómo suena de este lugar!
picotea mi corazón la desabrida desolación,
Sola, muy sola
y acompañada
de esta fiera e inclemente soledad.
Sola me dejaron,
cuando las canas pintaron mis cabellos,
cuando las fuerzas rodaron de mis miembros;
¿Cómo se olvidaron de todos mis esfuerzos y desvelos?
Hoy solo almuerzo, penas y tristezas,
me matan la angustia y la ansiedad.
Siento un dolor de hielo frío
y angustias de muerte
al ver que iré al panteón solitario
sin compañía,
de los que supe amar.
¡Llévame muerte, llévame!
Quiero morir ya,
Dios mío,
acógeme en tu nidal,
estoy cansada de ver la cara agreste,
del abandono,
haciéndome muecas diariamente,
no, no quiero ser devorada fieramente,
por la triste soledad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados
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