Chelo Álvarez
Miembro Conocido
Cuando ella de Orfeo enamorada
un gran bosque frondoso recorría,
cada flor, cada roca se movía
oyendo de la lira la llamada.
Entre tanta espesura, su pisada
no evitó la serpiente que allí había,
la maligna con furia le mordía
y Eurídice moría envenenada.
Cerca de mí causó el fallecimiento
la que tanto dolor hizo a su amado,
no escuchó ni la lira ni el lamento
ni el llanto al lado suyo que ha dejado.
¡Debería pagar con sufrimiento
quien tantos sufrimientos ha causado!
Chelo Álvarez.