María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
NO PRETENDO
No pretendo ser la flor ni ser la arena,
no pretendo ser canción ni ser mañana,
solo soy en mi existir un simple esquema
de ese sueño que de esperas se engalana.
En ese mar que con azul profundo
revela los misterios de la vida,
corazón que se engendra moribundo
ganando una batalla ya perdida.
En mi revista de tiempo fui la luna
que escribió al despertar de una poesía,
cual expresión mi sentimiento acuna
proyecto de pasión y de alegría.
Y fui poetisa sin escribir poemas
y fui silencio en medio de la nada,
fui un te quiero entre cien problemas,
canción que despertó de madrugada.
Fui muerte en entierros no esperados,
fui lágrima en el viento no escuchada,
me escondí en los recuerdos no olviados,
caminé por una senda nunca andada.
Y no entendí de la vida sus maldades,
no pretendí enterrar la fantasía
de que el mundo me besa con verdades
si está lleno de rencor e hipocresía.
No pretendo cambiar este paisaje
de lunas que se esconden de mis ojos,
viajando sin palabras ni equipaje
eclipsando a la pasión con cien antojos.
Y se me antoja entender al mundo
luchando sin perder ante lo inmundo.
Se transforma la espera en triste hecho
y la vida se muere sin derecho.
María del Mar Ponce López
Derechos reservados
No pretendo ser la flor ni ser la arena,
no pretendo ser canción ni ser mañana,
solo soy en mi existir un simple esquema
de ese sueño que de esperas se engalana.
En ese mar que con azul profundo
revela los misterios de la vida,
corazón que se engendra moribundo
ganando una batalla ya perdida.
En mi revista de tiempo fui la luna
que escribió al despertar de una poesía,
cual expresión mi sentimiento acuna
proyecto de pasión y de alegría.
Y fui poetisa sin escribir poemas
y fui silencio en medio de la nada,
fui un te quiero entre cien problemas,
canción que despertó de madrugada.
Fui muerte en entierros no esperados,
fui lágrima en el viento no escuchada,
me escondí en los recuerdos no olviados,
caminé por una senda nunca andada.
Y no entendí de la vida sus maldades,
no pretendí enterrar la fantasía
de que el mundo me besa con verdades
si está lleno de rencor e hipocresía.
No pretendo cambiar este paisaje
de lunas que se esconden de mis ojos,
viajando sin palabras ni equipaje
eclipsando a la pasión con cien antojos.
Y se me antoja entender al mundo
luchando sin perder ante lo inmundo.
Se transforma la espera en triste hecho
y la vida se muere sin derecho.
María del Mar Ponce López
Derechos reservados