DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
Noche fría
Me siento afuera y el frío me agrada tanto como la misma madrugada.
Somos como necesarios el uno para el otro.
Nada me estacía más que estar conversando con la noche.
Sé que me miran los árboles sin hojas, -sé que los helechos me exigen en estos tiempos de sequía, sé que los metales son más cortos y también comprendo que los normales tiritan y se abrigan.
Entiendo el cansancio del laburo y ajeno de eso no soy ni por asomo;
pero es como si fuera tan distinto, el que trabaja, el que escribe y el que ama, que si tuviéramos el mismo nombre, por supuesto los que duermen, los que leen y los que ignoran, no sabrían que somos la misma persona.
Siento a los árboles vestirse para fiestas en algunas madrugadas,
a veces creo que se creen tristes, a veces creo que se vuelven un concierto de guitarras.
De cualquier manera se las arreglan para darme un par de lágrimas, unas alegres notas, o lo suficiente para conducir todas mis palabras
Vampi
Me siento afuera y el frío me agrada tanto como la misma madrugada.
Somos como necesarios el uno para el otro.
Nada me estacía más que estar conversando con la noche.
Sé que me miran los árboles sin hojas, -sé que los helechos me exigen en estos tiempos de sequía, sé que los metales son más cortos y también comprendo que los normales tiritan y se abrigan.
Entiendo el cansancio del laburo y ajeno de eso no soy ni por asomo;
pero es como si fuera tan distinto, el que trabaja, el que escribe y el que ama, que si tuviéramos el mismo nombre, por supuesto los que duermen, los que leen y los que ignoran, no sabrían que somos la misma persona.
Siento a los árboles vestirse para fiestas en algunas madrugadas,
a veces creo que se creen tristes, a veces creo que se vuelven un concierto de guitarras.
De cualquier manera se las arreglan para darme un par de lágrimas, unas alegres notas, o lo suficiente para conducir todas mis palabras
Vampi
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