Raquel Fraga
Miembro Conocido
Moría en mis adentros la esperanza,
locura vivida de tu amarga lejanía.
Palabras sueltas rozando el aire.
Mentiras e hipocresía de tardes.
El odio abrazó con fuerza mi dolor.
Intentaba hacerse hueco en mi pena
despedazando un cobarde adiós,
opacando la tenue sonrisa en su voz.
Le pedí que se marchará a tientas.
El rencor no cabe en este corazón.
A pesar de que cada lágrima
fue un puñal que me atravesó.
Languidecía mi alma en susurros,
sin entender el porqué de este amor.
Despertaba un castigo confuso,
solapándose en dura expiación.
Temblaban mis dedos al escribirte;
La poesía entre prosa se afanó.
Se columpiaban tus ojos en mi delirio,
marchitando la tinta de la aversión.
Me negué mil veces esta pasión.
Fustigué mis ansias en la obstinación.
El deseo confundía mi criterio;
El afecto, la ternura… me vapuleó.
Se irá…
se irá y volverá,
saboreará el sigilo,
besará mi labios sin piedad.
Él, ese hombre que me enamoró.
Y sé que partirá de nuevo,
Sí, lo sé…,
dejándome escrita en una canción.
Y volverán a caer las lágrimas.
Sufriremos en silencio, sin compasión
Se nos cerraran de nuevo las puertas
a la locura de un imposible amor.
Mientras… la poesía cabalgará loca
buscando entre grafías la desolación.
Entretanto nuestras almas sin saberlo,
se abrazarán en perfecta comunión.
locura vivida de tu amarga lejanía.
Palabras sueltas rozando el aire.
Mentiras e hipocresía de tardes.
El odio abrazó con fuerza mi dolor.
Intentaba hacerse hueco en mi pena
despedazando un cobarde adiós,
opacando la tenue sonrisa en su voz.
Le pedí que se marchará a tientas.
El rencor no cabe en este corazón.
A pesar de que cada lágrima
fue un puñal que me atravesó.
Languidecía mi alma en susurros,
sin entender el porqué de este amor.
Despertaba un castigo confuso,
solapándose en dura expiación.
Temblaban mis dedos al escribirte;
La poesía entre prosa se afanó.
Se columpiaban tus ojos en mi delirio,
marchitando la tinta de la aversión.
Me negué mil veces esta pasión.
Fustigué mis ansias en la obstinación.
El deseo confundía mi criterio;
El afecto, la ternura… me vapuleó.
Se irá…
se irá y volverá,
saboreará el sigilo,
besará mi labios sin piedad.
Él, ese hombre que me enamoró.
Y sé que partirá de nuevo,
Sí, lo sé…,
dejándome escrita en una canción.
Y volverán a caer las lágrimas.
Sufriremos en silencio, sin compasión
Se nos cerraran de nuevo las puertas
a la locura de un imposible amor.
Mientras… la poesía cabalgará loca
buscando entre grafías la desolación.
Entretanto nuestras almas sin saberlo,
se abrazarán en perfecta comunión.
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