Y después de apagar el deseo
queda esta sensación en mi:
La de regresar a mi mundo
dejando en el tuyo
la mitad de mi alma.
Duele la rutina de mis lágrimas
¡Quema!
Y es una muerte silenciosa y dulce
la de nuestros encuentros.
Es veneno lento...
Tus besos me dan vida
tus manos al tocarme
tienen el don único
de que mi piel florezca.
tu respiración, tu mirada,
tus embates en mi cuerpo
logran que mi ser
explote de felicidad
como nunca antes lo hizo.
Y después la realidad regresa.
La puta realidad de no ser nada
de no ser tuya si no eres mio.
Después de apagar el deseo
de regreso a mi rutinaria
y amarga soledad
son testigos: mi cama
mi almohada y mi gata
de cada lágrima que cae
dibujando tu nombre.
¡Ya no puedo más!
¡No debo amarte!
No debo.
Pero te amo igual
a pesar de mis convicciones
a pesar del espacio que el tiempo
conductor de los destinos
impuso en nuestro pasado.
Dibuje un nuevo mapa
en un papel cualquiera
marqué una ruta que me llevará lejos.
Un nuevo destino para seguir huyendo
un nuevo destino que ya parece viejo.
Un nuevo destino para seguir
abrazando al olvido.
SANDRY.
