Carlos Ariel Albornoz
Miembro Conocido
PAISAJE ÍNTIMO
¡Un temblor en tu cuerpo me conmueve!
al caer con la tarde tu vestido,
son tus pechos nenúfares que asoman
desde el vasto paisaje del ombligo.
Sobre el loto azulado de tu abdomen
van cayendo mis besos cual rocío
y en la espalda se vuelven un cardumen
de salmones subiendo por los ríos.
Nos arrastra con fuerza la corriente
por un delta fecundo y estuarino,
al abrir las compuertas del deseo
en su cauce acabamos sumergidos.
Desde el lecho, asida a mi firmeza,
vas flotando con ímpetu lascivo:
te sostengo evitando que te ahogues.
¡Por el agua acunados nos dormimos!
Soy un golfo internándome en tus cabos:
la erosión de mi paso son los rizos
que enredados descuellan en tus hombros,
¡por mis olas rompiéndose entre riscos!
¡Un temblor en tu cuerpo me conmueve!
al caer con la tarde tu vestido,
son tus pechos nenúfares que asoman
desde el vasto paisaje del ombligo.
Sobre el loto azulado de tu abdomen
van cayendo mis besos cual rocío
y en la espalda se vuelven un cardumen
de salmones subiendo por los ríos.
Nos arrastra con fuerza la corriente
por un delta fecundo y estuarino,
al abrir las compuertas del deseo
en su cauce acabamos sumergidos.
Desde el lecho, asida a mi firmeza,
vas flotando con ímpetu lascivo:
te sostengo evitando que te ahogues.
¡Por el agua acunados nos dormimos!
Soy un golfo internándome en tus cabos:
la erosión de mi paso son los rizos
que enredados descuellan en tus hombros,
¡por mis olas rompiéndose entre riscos!
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