Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Tema libre
Una flauta sonaba en el paisaje
dulce melodía de lenguaje guaraní,
horario trasnochado en el equipaje,
una canción con alma y dulce frenesí
Pintando al poeta con luces de colores
en el azul profundo, de un cielo estrellado
vuelan ilusiones llevando los amores,
de un Uruguay querido y transitado.
Constante fluyen, navegantes costeros
bella la bandera, que ondula en el palmar
marcando el contraste del pescador botero,
que lucha y desespera, en su afán de pescar.
Me conmueve la belleza del mar rotundo
me conquista el verde follaje del peral,
me duele ver el destino del mundo,
agoniza sin techo, con cama en el juncal.
Amantes del río de juncos pintados
se afanan los poetas, de inspirarse en él
en la tarde que muere, sin fin de colorado
la luna dejó un beso, sobre la tibia piel
Uruguay que recibe, con los brazos abiertos
al hombre y su alma con su esplendor,
no existe lejanía, ni valles ni desiertos
para ofrecerles, cariño, amistad y amor.
Una flauta sonaba en el paisaje
dulce melodía de lenguaje guaraní,
horario trasnochado en el equipaje,
una canción con alma y dulce frenesí
Pintando al poeta con luces de colores
en el azul profundo, de un cielo estrellado
vuelan ilusiones llevando los amores,
de un Uruguay querido y transitado.
Constante fluyen, navegantes costeros
bella la bandera, que ondula en el palmar
marcando el contraste del pescador botero,
que lucha y desespera, en su afán de pescar.
Me conmueve la belleza del mar rotundo
me conquista el verde follaje del peral,
me duele ver el destino del mundo,
agoniza sin techo, con cama en el juncal.
Amantes del río de juncos pintados
se afanan los poetas, de inspirarse en él
en la tarde que muere, sin fin de colorado
la luna dejó un beso, sobre la tibia piel
Uruguay que recibe, con los brazos abiertos
al hombre y su alma con su esplendor,
no existe lejanía, ni valles ni desiertos
para ofrecerles, cariño, amistad y amor.
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