Pecado número 15

[YOMBOKI]

Soñé que te soñaba,
desnuda y ciega emigrabas a mi cama,
cada una de tus huellas lamentaba la osadía
y cada uno de mis dedos hacia fiesta
en el lomo de tu cuello
iluminado con las pavesas de la espera.

Soñé que cada uno de tus sueños nunca sucedió
y fría y somnolienta te desnudas-te desgranas
en mis sueños.

Soñé que este insomnio era de hielo,
soñé que tus besos se derrite como miel por mis senderos
mientras duermo en la cuna de tu axila.

Soñé que despierto sueño que te sueño,
soñé que en la memoria de tu cuerpo
olvidaba el desaire de otros cuerpos,
el fugaz calor de lo casual,
el plasma retorcido en el espejo.

Soñé que al soñarte te evocaba
y venías a llenar con tus reflejos
el zaguán abierto de fracasos,
el enhiesto desplome de los huesos
y los años fugitivos y resecos.

Soñé que en el limbo de tus sueños,
al costado izquierdo de tu amnesia,
se duerme confundido un beso
que no deja de soñar.

 

[Pincoya]

Tu poesía alcanza niveles insospechados para el lector, fuente inagotable de inspiración, poesía contemporánea del día a día, una pieza magistral de poesía para enmarcar y conste que soy objetiva, ni lo dudes, preciosa entrega Javi, abrazos y un tkm.
Nanaka Itsi.

 

[Ramon]

Hola Javier, bienvenido a mi apartado. como aprendiz de todo que soy, acabo de aprender que soñar es el pecado numero 15, y de tanto soñar soñe, por ver y leer, que de tus estrofas se pierde un beso de amor, talvez tocará pecar de nuevo y soñar en el beso correspondido?.
un abrazo

 

[SANDRA BLANCO]

Soñé que te soñaba,
desnuda y ciega emigrabas a mi cama,
cada una de tus huellas lamentaba la osadía
y cada uno de mis dedos hacia fiesta
en el lomo de tu cuello
iluminado con las pavesas de la espera.

Soñé que cada uno de tus sueños nunca sucedió
y fría y somnolienta te desnudas-te desgranas
en mis sueños.

Soñé que este insomnio era de hielo,
soñé que tus besos se derrite como miel por mis senderos
mientras duermo en la cuna de tu axila.

Soñé que despierto sueño que te sueño,
soñé que en la memoria de tu cuerpo
olvidaba el desaire de otros cuerpos,
el fugaz calor de lo casual,
el plasma retorcido en el espejo.

Soñé que al soñarte te evocaba
y venías a llenar con tus reflejos
el zaguán abierto de fracasos,
el enhiesto desplome de los huesos
y los años fugitivos y resecos.

Soñé que en el limbo de tus sueños,
al costado izquierdo de tu amnesia,
se duerme confundido un beso
que no deja de soñar.

Javier que bello poema,esos sueños que se visten del sentir y del deseo,una poesía preciosa,gracias por compartir,un beso grande.