David Vulpes Vulpes
Miembro Conocido
Y vemos desde lo lejano de la forma, algo claro,
algo raro, algo siniestro, algo alado...
Y entre los matorrales incipientes,
entre la grama y lo canicular,
las ideas se turban,
el malhumor se torna rojo,
los colores de la vida se intensifican
inclinándose a la guerra,
las sensaciones intuitivas se asemejan, cada vez,
segundo a segundo:
a la furia imperecedera,
a la mierda rara,
a la cortina de acero,
a la febril imbecilidad que horada la paciencia,
que debilita la estoicidad,
que degrada las buenas intenciones,
que fermenta el criterio,
que arremolina el orden de la voluntad,
que siembra malestar,
que se involucra infernal en la decadencia,
que se hace fruto maléfico de una gestación cruda,
de una siembra vana,
de un trabajo ilusorio;
oscuridad brutal...
¿¡Qué hacer!?
Qué enterrar en las afueras de la ciudad,
qué seguir,
qué medir,
qué roer,
qué hacer vibrar para dejar de lamentarse,
para dejar de llorar...
¿Qué abrazar sin tener deuda?
¡¿Qué?!
Qué...
Al final solo tenemos nuestras manos,
nuestras esperanzas,
Nuestra firme determinación...
¡El firme sentimiento de existir en la verdad...!
algo raro, algo siniestro, algo alado...
Y entre los matorrales incipientes,
entre la grama y lo canicular,
las ideas se turban,
el malhumor se torna rojo,
los colores de la vida se intensifican
inclinándose a la guerra,
las sensaciones intuitivas se asemejan, cada vez,
segundo a segundo:
a la furia imperecedera,
a la mierda rara,
a la cortina de acero,
a la febril imbecilidad que horada la paciencia,
que debilita la estoicidad,
que degrada las buenas intenciones,
que fermenta el criterio,
que arremolina el orden de la voluntad,
que siembra malestar,
que se involucra infernal en la decadencia,
que se hace fruto maléfico de una gestación cruda,
de una siembra vana,
de un trabajo ilusorio;
oscuridad brutal...
¿¡Qué hacer!?
Qué enterrar en las afueras de la ciudad,
qué seguir,
qué medir,
qué roer,
qué hacer vibrar para dejar de lamentarse,
para dejar de llorar...
¿Qué abrazar sin tener deuda?
¡¿Qué?!
Qué...
Al final solo tenemos nuestras manos,
nuestras esperanzas,
Nuestra firme determinación...
¡El firme sentimiento de existir en la verdad...!