Enrique Gonzalez
Miembro
A tan bello ángel que en su figura de mujer, hace volar por los senderos de los sueños de pasión. Para en un instante desear su corazón conquistar y poco a poco no sólo los instantes compartir.
Permíteme…
Permíteme con locuras
demostrarte el sentimiento
que provocas cuando cerca estas
para en un susurro decirte
¡Qué linda… eres musa mía!.
Permíteme a ti mujer
que en tu descansar me acerque a tu palpitar
para entregarte una carta de luz
que lleva la ilusión de tu mano tomar
para juntos podamos los mares surcar.
Permíteme deleitar el mirar
con tan angelical hermosura
en que con el viento como partícipe
te lleve la tierna caricia llena de AMOR
por provocar este apasionado sentimiento.
Permíteme que a fuego lento
pueda irte enamorando
en que los instantes sean
los cómplices, para de tus labios
no solo una sonrisa obtener.
Permíteme que con tan grácil figura
juntos podamos como aves
ir recorriendo los confines del cielo,
que al fusionar nuestros latidos
alcancemos más allá de los sueños
Permíteme en que al final
comparta contigo en un solo ritmo
una hoguera llena de pasión
en que al juntar cuerpo a cuerpo
se vuelva un incendio a nuestro rededor.
Autor: Enrique Gonzalez
Permíteme…
Permíteme con locuras
demostrarte el sentimiento
que provocas cuando cerca estas
para en un susurro decirte
¡Qué linda… eres musa mía!.
Permíteme a ti mujer
que en tu descansar me acerque a tu palpitar
para entregarte una carta de luz
que lleva la ilusión de tu mano tomar
para juntos podamos los mares surcar.
Permíteme deleitar el mirar
con tan angelical hermosura
en que con el viento como partícipe
te lleve la tierna caricia llena de AMOR
por provocar este apasionado sentimiento.
Permíteme que a fuego lento
pueda irte enamorando
en que los instantes sean
los cómplices, para de tus labios
no solo una sonrisa obtener.
Permíteme que con tan grácil figura
juntos podamos como aves
ir recorriendo los confines del cielo,
que al fusionar nuestros latidos
alcancemos más allá de los sueños
Permíteme en que al final
comparta contigo en un solo ritmo
una hoguera llena de pasión
en que al juntar cuerpo a cuerpo
se vuelva un incendio a nuestro rededor.
Autor: Enrique Gonzalez