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Poema 13
La otra Navidad
Llegan tiempos de amor y caridad.
viñas, prados, se visten de satén,
casas fieles al árbol y al belén.
Aire helado que anuncia Navidad.
Hiel nunca se tornó en felicidad,
da, no mires a quien, otorga bien,
él gozara ventura, su sostén...
Son festejos de fe; "Divinidad".
Viven siendo invisibles; ¡apagón!
Son mendigos, sus techos son añil,
de rúbeo tiñen cada sinrazón.
Piensan bajo el abrigo de un cartón,
son espectros del pueblo, sin astil,
náufragos en su extrema situación.
Ellos respeto desean,
¡no mires...!, demos aliento,
paz, el alma y sentimiento,
tanto dolor acarrean.
Viven su cruz, los apean
sin afecto, ¡infame mundo!
¿Navidad?, ¡no, vagabundo!,
sin regalo, sin comida,
sin cama en casa acogida...
Han de helarse en su submundo.
En festividad cristiana
a su espíritu indultemos,
la caridad liberemos,
merecen vida liviana.
Mas de forma cotidiana,
seamos más solidarios
con quienes sufren calvarios,
años, semanas o días,
librémosles de agonías,
evitemos sus sudarios.
Pedro, eres ágil guerrero
de desolada mirada,
puñal en alma clavada,
rebuscas hierros, tu vida
pende de hallar tu comida.
Y te pregunto a ti amigo,
¿quién es tu gran enemigo?
La humanidad forajida.
La otra Navidad
Llegan tiempos de amor y caridad.
viñas, prados, se visten de satén,
casas fieles al árbol y al belén.
Aire helado que anuncia Navidad.
Hiel nunca se tornó en felicidad,
da, no mires a quien, otorga bien,
él gozara ventura, su sostén...
Son festejos de fe; "Divinidad".
Viven siendo invisibles; ¡apagón!
Son mendigos, sus techos son añil,
de rúbeo tiñen cada sinrazón.
Piensan bajo el abrigo de un cartón,
son espectros del pueblo, sin astil,
náufragos en su extrema situación.
Ellos respeto desean,
¡no mires...!, demos aliento,
paz, el alma y sentimiento,
tanto dolor acarrean.
Viven su cruz, los apean
sin afecto, ¡infame mundo!
¿Navidad?, ¡no, vagabundo!,
sin regalo, sin comida,
sin cama en casa acogida...
Han de helarse en su submundo.
En festividad cristiana
a su espíritu indultemos,
la caridad liberemos,
merecen vida liviana.
Mas de forma cotidiana,
seamos más solidarios
con quienes sufren calvarios,
años, semanas o días,
librémosles de agonías,
evitemos sus sudarios.
Pedro, eres ágil guerrero
de desolada mirada,
puñal en alma clavada,
rebuscas hierros, tu vida
pende de hallar tu comida.
Y te pregunto a ti amigo,
¿quién es tu gran enemigo?
La humanidad forajida.