Matilde Maisonnave
Miembro Conocido
Por qué lloramos
Lloramos en estos tiempos
la muerte de aquél trinar;
lloramos por aquél páramo
que fue selva, bosque, cantar…
Lloramos por esos niños
sin un mendrugo de pan;
por las madres, por los padres
agobiados, sin trabajo.
Lloramos y no sabemos
a veces, muy bien por qué…
Será por la acción impune
de aquél que se cree inmortal
despedazando almas nobles
por ambición y maldad.
Lloramos por nuestra tierra
cubierta de poca fe;
por la siembra chamuscada
la cosecha que no fue;
por ríos contaminados,
mares empetro-lados;
glaciares azulados
quebrándose, agonizando.
Ese hombre-bestia prosigue,
con mano cruel inflige
irreparables daños…
¡Cosechará lo sembrado!
Lloramos tu tristeza naturaleza,
ensombrecidas nubes negras
el cielo llora a destiempo
sin podernos proteger.
Helados mensajes; vientos;
incendios forestales; temporales
cambiando rumbos, infernales…
Lloramos por los animales
sufriendo sin poder llorar;
por esas nieves eternas
intentando escapar,
uniéndose a ríos y océanos
aumentando sus caudales.
Lágrimas derramad, hermanos…
Quizá el cielo descarte, sin herirnos,
la increíble chatarra nuclear
recuperando su bella majestad.
Por la vida, por los hijos,
por todos los que vendrán
lloremos para apagar
esta flagrante atrocidad.
Matilde Maisonnave
2002
la muerte de aquél trinar;
lloramos por aquél páramo
que fue selva, bosque, cantar…
Lloramos por esos niños
sin un mendrugo de pan;
por las madres, por los padres
agobiados, sin trabajo.
Lloramos y no sabemos
a veces, muy bien por qué…
Será por la acción impune
de aquél que se cree inmortal
despedazando almas nobles
por ambición y maldad.
Lloramos por nuestra tierra
cubierta de poca fe;
por la siembra chamuscada
la cosecha que no fue;
por ríos contaminados,
mares empetro-lados;
glaciares azulados
quebrándose, agonizando.
Ese hombre-bestia prosigue,
con mano cruel inflige
irreparables daños…
¡Cosechará lo sembrado!
Lloramos tu tristeza naturaleza,
ensombrecidas nubes negras
el cielo llora a destiempo
sin podernos proteger.
Helados mensajes; vientos;
incendios forestales; temporales
cambiando rumbos, infernales…
Lloramos por los animales
sufriendo sin poder llorar;
por esas nieves eternas
intentando escapar,
uniéndose a ríos y océanos
aumentando sus caudales.
Lágrimas derramad, hermanos…
Quizá el cielo descarte, sin herirnos,
la increíble chatarra nuclear
recuperando su bella majestad.
Por la vida, por los hijos,
por todos los que vendrán
lloremos para apagar
esta flagrante atrocidad.
Matilde Maisonnave
2002