cocuzza3105
Miembro Conocido
REGALO DE CUMPLEAÑOS
Hoy es su aniversario,
el varón llegó a dieciocho,
los amigos lo llaman Pocho;
Y con su timidez a diario,
que lo hace un poco otario,
no es frecuente verlo afuera,
de sacarlo… no hay manera,
no se ha visto nunca novia
y si encaran, él las obvia,
de aguantarse ¡Tiene ojera!
Le dicen también “burlete”,
porque siempre está pegado,
como un apasionado,
a una puerta, el muy soquete,
chupándose el chiflete;
Y no sale de su casa,
como uva hecha pasa,
a buscar su distracción,
un poco de emoción
o a quemar algo de grasa.
Sus amigos prometieron
darle a él un buen festejo,
con colita de conejo,
tendría lo que hicieron
_ y así lo conmovieron _
en la fiesta anterior
cuando, en todo su esplendor,
aparecía una chica
y lo que ello significa…
entregando su calor.
El muchacho entusiasmado,
pensando que iba a debutar,
partió rumbo a festejar,
esta vez bien perfumado,
sin baranda a pescado.
A un salón llegó esa noche
sin hacer ningún reproche,
pues estaban sus amigos
que iban a ser testigos
de ese tiempo de derroche.
Se embriagó para atreverse
a enfrentar, en su momento,
que llegara como el viento
el instante de meterse
en la situación de verse
enredado como lama
con la chica, en la cama,
hasta que saliese el sol,
después de hacer un gol,
bien temprano, por la fama.
Estos turros se reían
al momento del regalo,
una caja, nada malo,
y en ella se veían
unos moños que salían,
su medida uno ochenta
donde estaba la pimienta
que este chico tanto ansiaba
y que tanto esperaba,
para abrir en forma lenta.
Se acercó para abrirla
con los dientes afilados
dando pasos apurados,
pues quería sacudirla…
¡No quería más sufrirla!
Explotó la caja plana
_y adentro la fulana _
que los ojos le clavó
y un chasco se llevó,
“el regalo”… ¡Era su hermana!
Ángel César Cocuzza.
Hoy es su aniversario,
el varón llegó a dieciocho,
los amigos lo llaman Pocho;
Y con su timidez a diario,
que lo hace un poco otario,
no es frecuente verlo afuera,
de sacarlo… no hay manera,
no se ha visto nunca novia
y si encaran, él las obvia,
de aguantarse ¡Tiene ojera!
Le dicen también “burlete”,
porque siempre está pegado,
como un apasionado,
a una puerta, el muy soquete,
chupándose el chiflete;
Y no sale de su casa,
como uva hecha pasa,
a buscar su distracción,
un poco de emoción
o a quemar algo de grasa.
Sus amigos prometieron
darle a él un buen festejo,
con colita de conejo,
tendría lo que hicieron
_ y así lo conmovieron _
en la fiesta anterior
cuando, en todo su esplendor,
aparecía una chica
y lo que ello significa…
entregando su calor.
El muchacho entusiasmado,
pensando que iba a debutar,
partió rumbo a festejar,
esta vez bien perfumado,
sin baranda a pescado.
A un salón llegó esa noche
sin hacer ningún reproche,
pues estaban sus amigos
que iban a ser testigos
de ese tiempo de derroche.
Se embriagó para atreverse
a enfrentar, en su momento,
que llegara como el viento
el instante de meterse
en la situación de verse
enredado como lama
con la chica, en la cama,
hasta que saliese el sol,
después de hacer un gol,
bien temprano, por la fama.
Estos turros se reían
al momento del regalo,
una caja, nada malo,
y en ella se veían
unos moños que salían,
su medida uno ochenta
donde estaba la pimienta
que este chico tanto ansiaba
y que tanto esperaba,
para abrir en forma lenta.
Se acercó para abrirla
con los dientes afilados
dando pasos apurados,
pues quería sacudirla…
¡No quería más sufrirla!
Explotó la caja plana
_y adentro la fulana _
que los ojos le clavó
y un chasco se llevó,
“el regalo”… ¡Era su hermana!
Ángel César Cocuzza.
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