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Reina de la noche.


Reina de la noche



Liberta y placentera mujer caliente
encuentra alegremente fogosos brazos,
sin sol y sin mañanas con breves lazos
tan sólo se le ofrece sonriendo al cliente.

Es reina de la noche, resplandeciente,
vaivenes sus caderas son latigazos,
incita y los subyuga con sus ojazos,
sus pechos contorneados dará paciente.

La luna le ilumina al varón que espera.
De fuerza y de lujuria su cuerpo entero
sobre su piel ardiente placeres goza.

Las bocas se deleitan y el sexo impera,
pasiones se despliegan, gemir guerrero…
Llegando la alborada duerme la rosa.



 

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Reina de la noche



Liberta y placentera mujer caliente
encuentra alegremente fogosos brazos,
sin sol y sin mañanas con breves lazos
tan sólo se le ofrece sonriendo al cliente.

Es reina de la noche, resplandeciente,
vaivenes sus caderas son latigazos,
incita y los subyuga con sus ojazos,
sus pechos contorneados dará paciente.

La luna le ilumina al varón que espera.
De fuerza y de lujuria su cuerpo entero
sobre su piel ardiente placeres goza.

Las bocas se deleitan y el sexo impera,
pasiones se despliegan, gemir guerrero…
Llegando la alborada duerme la rosa.



MATILDE

¡Qué fogosos y apasionados versos!

¡Felicitaciones amiga poeta!

Abrazos y besos desde mi balcón quiteño
de geranios multicromáticos,

Guillermo.

 

Reina de la noche



Liberta y placentera mujer caliente
encuentra alegremente fogosos brazos,
sin sol y sin mañanas con breves lazos
tan sólo se le ofrece sonriendo al cliente.

Es reina de la noche, resplandeciente,
vaivenes sus caderas son latigazos,
incita y los subyuga con sus ojazos,
sus pechos contorneados dará paciente.

La luna le ilumina al varón que espera.
De fuerza y de lujuria su cuerpo entero
sobre su piel ardiente placeres goza.

Las bocas se deleitan y el sexo impera,
pasiones se despliegan, gemir guerrero…
Llegando la alborada duerme la rosa.




Bella obra
de una triste realidad
como desafortunada
profesión de algunas
mujeres,
un fuerte abrazo.
 
Germán: Quizás más desafortunada porque siempre hay un proxeneta detrás.

Infortunio que aprovecha el hombre, para gozarla como buen inseminador que es por naturaleza.

Son dos realidades tan viejas como el mundo.

Abrazos desde mi bosque amigo poeta.
 

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