Las rosas negras visitan mi soledad,
Postradas ante mi permanecen frescas y hermosas.
Poseen la habilidad de calmar el dolor de su oscuridad.
Las coloco en el lecho atento que las espera cada noche.
De algún modo guardan los malos sueños que abordan
en veladas de insomnio y desespero en los que la soledad fría atenta con su ira.
Su perfume es celestial, penetra en todos los sentidos siendo admirado y anhelado cada amanecer.
Cuando ya desfallecen por el esfuerzo de acompañar una larga noche de bagaje inhóspito yo renazco.
Abandono el letargo anímico y brillo con la mejor careta para esperar las flores cada noche mientras el día pasa en su espera.
Postradas ante mi permanecen frescas y hermosas.
Poseen la habilidad de calmar el dolor de su oscuridad.
Las coloco en el lecho atento que las espera cada noche.
De algún modo guardan los malos sueños que abordan
en veladas de insomnio y desespero en los que la soledad fría atenta con su ira.
Su perfume es celestial, penetra en todos los sentidos siendo admirado y anhelado cada amanecer.
Cuando ya desfallecen por el esfuerzo de acompañar una larga noche de bagaje inhóspito yo renazco.
Abandono el letargo anímico y brillo con la mejor careta para esperar las flores cada noche mientras el día pasa en su espera.