Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Se fue toda alegría de mi mente
y más que se marchó del alma mía,
pues pese a que me digan que me ría
lo dicen por decir tan solamente.
Quisiera yo reír mas, fatalmente,
de risas y contentos se fue el día.
¿Qué puedo ya esperar? Que mi agonía
no dure y sí morirme de repente.
Dirán que escribo siempre de lo mismo...
Que digan cuanto quieran, me da igual.
Escribo de este modo, sin cinismo,
pues siento que se acerca mi final.
Al borde ya me encuentro de mi abismo
y a él he de rodar, para mi mal.
¡Muchacho que miraste a las estrellas.
queriendo con su brillo compararte..!
Pensabas que muy fácil era el Arte
mas siempre tu afán fueron las botellas.
Tuviste en tu poder mujeres bellas,
fue grande su pasión al abrazarte
y luego nada más, punto y aparte,
jamás nunca gozaste más con ellas.
Así pasó tu vida, en un momento
por más que luenga edad hayas vivido,
la risa se transforma en un lamento
y no te das ni cuenta como ha sido.
Cercano tu final sufres tormento
sabiendo que perdiste ese partido.
¡Perdiste, es lo peor, por goleada
a manos de un rival que es implacable!
De poco te sirvió ser tan amable,
al cabo se ha quedado todo en nada.
El tiempo, de manera acompasada,
resulta que a la postre es buen contable
y sabe distinguir pronto al culpable,
gastándole muy cruel inocentada.
Se lleva su vigor, su fortaleza,
le quita los deseos del pecado,
le priva con crueldad de la entereza,
se burla del valor del más osado.
Horada con crueldad en su cabeza
y, entonces, sí que sí, se ha terminado.
Pero habré de seguir, es lo preciso
en tanto que Dios quiera que prosiga.
La Muerte, realmente, es nuestra amiga
y saca de su duda al indeciso.
Vivir tan solamente es un inciso,
un tiempo de descanso en la partida
jugada por un Dios que nunca olvida
que un ángel a adorarle fue remiso.
Los hombres son tan sólo los peones
que Dios a Satanás ofrece en cebo
Les da, resulta cierto, a pocos dones
y a muchos, porque sí, sólo un placebo
No influye aquí la edad, como supones,
pues muere igual el niño que el longevo.
y más que se marchó del alma mía,
pues pese a que me digan que me ría
lo dicen por decir tan solamente.
Quisiera yo reír mas, fatalmente,
de risas y contentos se fue el día.
¿Qué puedo ya esperar? Que mi agonía
no dure y sí morirme de repente.
Dirán que escribo siempre de lo mismo...
Que digan cuanto quieran, me da igual.
Escribo de este modo, sin cinismo,
pues siento que se acerca mi final.
Al borde ya me encuentro de mi abismo
y a él he de rodar, para mi mal.
¡Muchacho que miraste a las estrellas.
queriendo con su brillo compararte..!
Pensabas que muy fácil era el Arte
mas siempre tu afán fueron las botellas.
Tuviste en tu poder mujeres bellas,
fue grande su pasión al abrazarte
y luego nada más, punto y aparte,
jamás nunca gozaste más con ellas.
Así pasó tu vida, en un momento
por más que luenga edad hayas vivido,
la risa se transforma en un lamento
y no te das ni cuenta como ha sido.
Cercano tu final sufres tormento
sabiendo que perdiste ese partido.
¡Perdiste, es lo peor, por goleada
a manos de un rival que es implacable!
De poco te sirvió ser tan amable,
al cabo se ha quedado todo en nada.
El tiempo, de manera acompasada,
resulta que a la postre es buen contable
y sabe distinguir pronto al culpable,
gastándole muy cruel inocentada.
Se lleva su vigor, su fortaleza,
le quita los deseos del pecado,
le priva con crueldad de la entereza,
se burla del valor del más osado.
Horada con crueldad en su cabeza
y, entonces, sí que sí, se ha terminado.
Pero habré de seguir, es lo preciso
en tanto que Dios quiera que prosiga.
La Muerte, realmente, es nuestra amiga
y saca de su duda al indeciso.
Vivir tan solamente es un inciso,
un tiempo de descanso en la partida
jugada por un Dios que nunca olvida
que un ángel a adorarle fue remiso.
Los hombres son tan sólo los peones
que Dios a Satanás ofrece en cebo
Les da, resulta cierto, a pocos dones
y a muchos, porque sí, sólo un placebo
No influye aquí la edad, como supones,
pues muere igual el niño que el longevo.
