Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Andaba un Benteveo emplumado
buscando barro para hacer su casa,
llegó un Gorrión muy apurado.
del brazo de la bella Torcaza.
Estaban todos tan alborotados,
que el Benteveo no entendía,
en el vocabulario de los, pájaros
que era lo que les ocurría.
En el canto del Cardenal
que les cantó al corazón
recién lo pudo entender
pues le cantó a la emoción.
Llegó una Ratonera despavorida
con su piquito muy mojado,
sacudiendo sus plumitas,
no se le entendía nada.
El Teru teru pegó un grito
que a todos los hizo callar,
para que el Benteveo arrogante,
los pudiera así informar
Un Canarito quiso levantar vuelo
al caer entre los pastos se perdió,
la madre no tenía consuelo,
lo buscó mucho y no lo encontró.
En la búsqueda, salieron de a dos
buscaron todo, reuniéndose de a rato
la unión siempre hace la fuerza,
lo encontraron, en un viejo zapato.
buscando barro para hacer su casa,
llegó un Gorrión muy apurado.
del brazo de la bella Torcaza.
Estaban todos tan alborotados,
que el Benteveo no entendía,
en el vocabulario de los, pájaros
que era lo que les ocurría.
En el canto del Cardenal
que les cantó al corazón
recién lo pudo entender
pues le cantó a la emoción.
Llegó una Ratonera despavorida
con su piquito muy mojado,
sacudiendo sus plumitas,
no se le entendía nada.
El Teru teru pegó un grito
que a todos los hizo callar,
para que el Benteveo arrogante,
los pudiera así informar
Un Canarito quiso levantar vuelo
al caer entre los pastos se perdió,
la madre no tenía consuelo,
lo buscó mucho y no lo encontró.
En la búsqueda, salieron de a dos
buscaron todo, reuniéndose de a rato
la unión siempre hace la fuerza,
lo encontraron, en un viejo zapato.
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