Es cruel flagelo
para un poema,
el no hallar tema
y cancelarlo.
Arrugar un verso,
es como el pecado
que quieres y no es,
pero te condena.
Casi siempre lo hace,
y también como siempre,
cuando casi se olvída,
yo escribo sín razones.
Ay! de mis poesías rotas,
de mis versos olvidados
de todos los alfareros,
como el barro... tantas letras.
Me aflije una pena tan grande,
como el hambre... desmesurada.
Hambre de las vueltas y formas,
de siluetas e imaginarlas.
Imaginarlas con forma...bella,
como botijo para el sediento.
Pero sólo tengo sufrimiento,
pues no consigo encontrar la norma.
para un poema,
el no hallar tema
y cancelarlo.
Arrugar un verso,
es como el pecado
que quieres y no es,
pero te condena.
Casi siempre lo hace,
y también como siempre,
cuando casi se olvída,
yo escribo sín razones.
Ay! de mis poesías rotas,
de mis versos olvidados
de todos los alfareros,
como el barro... tantas letras.
Me aflije una pena tan grande,
como el hambre... desmesurada.
Hambre de las vueltas y formas,
de siluetas e imaginarlas.
Imaginarlas con forma...bella,
como botijo para el sediento.
Pero sólo tengo sufrimiento,
pues no consigo encontrar la norma.