Rolando del Pozo
Miembro Conocido
Te has vestido con espejos y sombras, con la piel ausente
de gastada memoria y en la palidez de divididas palabras.
Te has sumado a las oraciones que alcanzan tus piernas
y prometes articulados amaneceres en olvidados vacíos.
Te has gastado las melancolías, los rencores de antaño
y el miedo a volverte una historia vagamente inconclusa,
para asumir que no hay suficiente candor en tu orgasmo,
que no hay suficientes sudores para calmar los ardores
de tus leves y rosados círculos y tus lánguidos temblores.
Te asombra que importen menos tus desvaríos en este viaje
y que las promesas que hiciste, susurren menos al porvenir.
Te asusta la inalcanzable frontera de este amor sin pausas,
que nada valga la vida en insolente escape al precario ayer.
Te has vestido con el tiempo, con el olor de inmóviles besos.
Te has vestido de silencios y de lunas con semblantes ajenos.
Y te preguntas sobre las oscuridades que se resisten a morir,
sobre la tallada despedida, en el perfume de precaria agonía.
Rolando del Pozo
de gastada memoria y en la palidez de divididas palabras.
Te has sumado a las oraciones que alcanzan tus piernas
y prometes articulados amaneceres en olvidados vacíos.
Te has gastado las melancolías, los rencores de antaño
y el miedo a volverte una historia vagamente inconclusa,
para asumir que no hay suficiente candor en tu orgasmo,
que no hay suficientes sudores para calmar los ardores
de tus leves y rosados círculos y tus lánguidos temblores.
Te asombra que importen menos tus desvaríos en este viaje
y que las promesas que hiciste, susurren menos al porvenir.
Te asusta la inalcanzable frontera de este amor sin pausas,
que nada valga la vida en insolente escape al precario ayer.
Te has vestido con el tiempo, con el olor de inmóviles besos.
Te has vestido de silencios y de lunas con semblantes ajenos.
Y te preguntas sobre las oscuridades que se resisten a morir,
sobre la tallada despedida, en el perfume de precaria agonía.
Rolando del Pozo