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Terror o realidad. No 2



Ya mi espíritu de investigador había despertado, ante tantos hechos paranormales por darles algún nombre. Un día al teléfono estaba el padre ER personalmente pidiéndome venir uno de estos días a mi hogar para conversar de los rumores que habías llegado a él. El padre Er era un religioso de prestigio, yo sin saber, vivía a unos cuantos kilómetros de aquí, era el director de un Santuario de curas; sacerdote que doy uno de los casos para la beatificación de una Santa de nuestra tierra, era alguien muy especial que asomaba a nuestras vidas. Luego de conversar con él quedamos que dentro de unos días acudiría a verme.
Mientras tanto yo seguía escuchando o mejor dicho sintiendo presencias que para nada me gustaban y mi hijo sufría los estragos de todo estos sin saberlo. ¿Por qué?... Bueno les contare… Mi hijo que desde pequeño yo sabía que lograba ver y oir a este mundo paralelo, ya estaba cansado, su rostro se demacraba ante estos hechos. Una noche al pasar por fuera de la habitación de uno de mis hijos , lo vi hablando, porlo que me devolví ya que se encontraba solo, su rostro y mirada se perdían ante una pena que no comprendía, le pregunte ¿Mi niño con quien hablas?, con esta mujer que está llorando y sufriendo. Yo no veía a nadie. ¿Y qué haces o que te dice?...Que se vaya, que hay encontrara la paz que tanto busco en esta vida.
Así como esta situación hubo muchas, es mas él me avisaba cuando había que enfrentarlos, cosa que lo había tomado habitual y casi normal. Durante semanas acudí, pregunte a quien pensaba que eran personas idóneas en estos temas, arriesgando mi salud mental, ya que no me importaba lo que pensaran, mi familia hasta mi mujer pensaban que estaba un poco loco para no decir mucho, incluso hasta yo lo pensé.
Era un viernes, el sol brillaba en el cielo, me encontraba cortando el pasto cuando la señora Elena, la mujer que trabajaba en la casa, mujer de campo, del sur de poca educación pero con un corazón noble cuidaba de todos nosotros, me llamo desesperada para que fuera a mi habitación a ver a mi hijo. Al llegar la escena era terrorífica… mi hijo que llevaba una semana en cama, sin fuerzas sin ni para ir al baño, se encontraba destruyendo su pijama en mil pedazos, cuando me acerque salió huyendo y gritaba por el largo pasillo de esta vieja casa de campo…<< Papa, ayúdame, me siguen…me quieren matar…>>.Su fuerza era única, estaba como poseído por una fuerza superior, lo único que pude hacer fue taclearlo para tirarlo al suelo y calmarlo… mientras tanto y no sé como llame a la madre superiora de un convento de claustro en las cercanías del pueblo que ya le había relatado los hechos que acontecían en nuestras vidas. Desesperado mortal, le relate lo recientemente ocurrido, la madre Ana solo medio la tranquilidad espiritual con las oraciones del medio día, rogándome que sacara a mi hijo rápidamente de la casa y lo, llevara a la iglesia del pueblo,en ayuda del sacerdote más próximo. Mientras lo vestíamos con lo primero que encontrábamos, llame a Esteban mi otro hombre de confianza que en algún lugar del campo se encontraba, quería que condujera ya queno deseaba abandonar a mi hijo por miedo a las fuerzas que tenía en ese momentopara su edad. Llego rápidamente, tome una almohada y una frazada, nos arrimamos al vehículo y sin darnos cuentas estábamos en las puertas de la iglesia, tuve que pedirle ayuda a este hombre ya que no podía controlar a mi pobre muchacho, estaba pálido y con su cuerpo muy frio y solo gritaba >>Papa…ellos…allí están…>>. Después de un rato, logramos entrarlo a la iglesia por lo que él se resistía, en un momento pensé llevarlo donde el padre ER que se encontraba a unos 10 kilómetros a las afueras del pueblo, peo como aquí se encontraba un sacerdote le pedí por favor que lo viera, hizo traer un viejo y roñoso libro, mientras mi hijo lo insultaba sin medida, yo solo le pedía a Dios que lo ayudara… que me tomaran a mí y lo dejaran libre. De pronto como de golpe volví a esa horrible escena, el sacerdote leía y leía, mientras escuchaba sus palabras me di cuenta que era una especie de exorcismo y mi hijo que se descomponía mientras el oraba, después de un rato su temperatura corporal comenzó a subir quedando somnoliento. El sacerdote me pidió por favor acudir esa tarde a la casa, debía bendecir pronto este lugar.
Volvimos los tres al campo, devastados por el espectáculo vivido, pobre trabajador, pienso ahora, cuanto miedo habrá sentido también.
Esa tarde almorzamos ya sin apetito, moje mi cara para esperar la visita del sacerdote...

2013-4-24.
Caballo Negro- Chile
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Ricardo Linares

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Me estás dejando intrigado con la historia, ¿a ver qué ocurre en el próximo capítulo?
 

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