Un ángel vi de niño en la mirada

[José Ramón Muñiz 1888]

Para María Dolores Menéndez López


Soneto II


Un ángel vi de niño en la mirada
De aquella anciana dulce y cariñosa,
Más bella que la aurora perezosa
Cuando apagó su voz de madrugada.

En su cabello blanco la nevada
Hirió el color luciente de la rosa,
Y el pardo de sus ojos hizo hermosa
De su mirar la luz, alma hechizada.

De niño vi en su rostro la dulzura
De aquella vieja a la que, agradecido,
Besaba con amor en la mejilla.

Su voz hablaba llena de ternura,
Amable siempre, en tono suspendido,
Mostrando, con amor, su alma sencilla.


2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"

 

[José Luis Blázquez]

Excelente soneto, que paso a la fase de votación. Destaco la belleza de sus tercetos. También me permito hacerte una observación: no debes empezar cada verso con mayúscula, salvo que lo requiera por ir después de un punto y seguido. Pero como no norma, no es deseable, porque visualmente resta valor al poema.

Un abrazo.

 

[cocuzza3105]

Genial soneto, amigo. No pude dar reputación, que lo merece por su bello mensaje. Saludos

 

[Caballo Negro]

Muy hermoso poema Jose Ramón....un placer leerte....mis carilos

 

[JAVIER TOMAS]

Que soneto mas bonito, las imágenes son deliciosas y la armonía de toda la composición perfecta.
Mis entusiastas aplausos.
Un abrazo

 

[Cisne]

Para María Dolores Menéndez López


Soneto II


Un ángel vi de niño en la mirada
De aquella anciana dulce y cariñosa,
Más bella que la aurora perezosa
Cuando apagó su voz de madrugada.

En su cabello blanco la nevada
Hirió el color luciente de la rosa,
Y el pardo de sus ojos hizo hermosa
De su mirar la luz, alma hechizada.

De niño vi en su rostro la dulzura
De aquella vieja a la que, agradecido,
Besaba con amor en la mejilla.

Su voz hablaba llena de ternura,
Amable siempre, en tono suspendido,
Mostrando, con amor, su alma sencilla.


2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"

Bellisimo soneto, José Ramón, un lujo leerlo.
Felicitaciones y saludos cordiales
Ana