Antonio Jurado Rivera
Miembro Conocido
Un poema surge de pronto
de un rinconcito perdido
donde ni el alma sabía
que había un poema escondido.
No se sabe si son musas
que cabalgan desbocadas
a lomos del fiel Pegaso
moviendo sus bellas alas.
Si son seres inventados
tal vez ángeles del cielo
buscando a la luz del sol
un instante de sosiego.
O puede que sean las hadas
que se bajaron al suelo,
a mezclarse entre nosotros
porque era fiesta en el cielo.
Quizá solo sea que nacen
fruto de la inspiración
y se escapan cuando ven,
abiertas de par en par
las puertas del corazón.
El poema es atrevido
y él solo se abre camino,
para esparcir la ilusión
y cuando lo lee la gente
y aparecen las sonrisas
fluye al aire un nuevo sol.
Y aquellas tristes miradas
que habían en los semblantes,
como por arte de magia,
se diluyen en el aire
y se van de sopetón.
El alma de paz se inunda
mientras se engrandece el ego
del generoso lector.
Qué más se puede decir
de un poema que no estaba
y sin embargo ha nacido
mientras que yo iba pulsando
ayudado por los gnomos
teclas en mi ordenador.
Antonio Jurado - España
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