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Un sueño maravilloso

El niño pastor y su padre caminaban por aquel terreno de su propiedad cuidando de las pocas ovejas que tenían, el padre debía ausentarse, por lo que el hijo quedó al cuido. Se acostó a la sombra de un viejo árbol y se quedó dormido, empezó a soñar que visitaba una ciudad muy hermosa y grande con una gran cantidad de aparadores donde exhibían muchos juguetes y vestidos, eso le pareció maravilloso. Caminó por todos lados y cansado y hambriento llegó a una gran panadería que vendía los más bellos y sabrosos dulces de aquel lugar y unas deliciosas tortas de chocolate y manzana, una anciana que por allí pasaba le preguntó si quería comerse alguna ¿Cuál te gustaría más? -le dijo-, a lo que él respondió: -cualquiera, a mi me da igual. La anciana compró la torta y se la entregó siguiendo su camino. Al irse la anciana y querer morder aquella delicia el pobre pastor despertó de su sueño tan placentero y quedó relamiéndose los labios lamentando haberse despertado. Recogió el rebaño y se alejó de allí, pensando por el camino que su sueño alguna vez se haría realidad.



19\10\2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.



 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
El niño pastor y su padre caminaban por aquel terreno de su propiedad cuidando de las pocas ovejas que tenían, el padre debía ausentarse, por lo que el hijo quedó al cuido. Se acostó a la sombra de un viejo árbol y se quedó dormido, empezó a soñar que visitaba una ciudad muy hermosa y grande con una gran cantidad de aparadores donde exhibían muchos juguetes y vestidos, eso le pareció maravilloso. Caminó por todos lados y cansado y hambriento llegó a una gran panadería que vendía los más bellos y sabrosos dulces de aquel lugar y unas deliciosas tortas de chocolate y manzana, una anciana que por allí pasaba le preguntó si quería comerse alguna ¿Cuál te gustaría más? -le dijo-, a lo que él respondió: -cualquiera, a mi me da igual. La anciana compró la torta y se la entregó siguiendo su camino. Al irse la anciana y querer morder aquella delicia el pobre pastor despertó de su sueño tan placentero y quedó relamiéndose los labios lamentando haberse despertado. Recogió el rebaño y se alejó de allí, pensando por el camino que su sueño alguna vez se haría realidad.



19\10\2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.




Que bonita prosa Ysidro y que común es que nos pasé que en lo mejor de un sueño cuando estamos por alcanzar aquello que deseamos despertamos y volvemos a la realidad y con el anhelo incumplido,hermosa obra,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Muy tierna historia Isidro. Me ha gustado la inocencia del pastorcito y has pintado un paisaje muy hermoso en tu prosa. Es una prosa que la disfruté con los sentidos.
cariños y gracias por participar.
 

MARIPOSA NEGRA

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ahh Ysidro que bella prosa, al final te hace un nudo en la garganta, los niños y su inagotable capacidad de creer y tener fe, un placer enorme leerte, besos
 

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