Antonio Jurado Rivera
Miembro Conocido
Para Sara.
Venía por la vereda la niña de mis amores,
embelleciendo el paisaje con su cara tan bonita,
de la mano de su madre y la otra llena de flores.
Una furtiva mirada me envió hasta donde estaba.
¡Como brillaban los ojos en su preciosa carita,
cada vez que me miraba!
Mi corazón, tras su paso, se me llenaba de amor,
¡qué instantes más amorosos!
¡cuánta dulzura y cariño latía en mi corazón!.
Nunca olvidaré los días en que íbamos a pasear
y escondidos tras las flores aprendimos a besar,
a decirnos cariñitos y a hablarnos en libertad
con frases tan elocuentes que aunque pasaron los años
y he vivido otros momentos de inmensa felicidad,
esos tan maravillosos nunca los pude olvidar.
Éramos muy jovencitos y el verbo amar, todavía,
no era nuestra asignatura
y aún a pesar de soñarlo, no sabíamos conjugar.
Era preciosa esa vida llena de complicidad,
estar con aquella niña de belleza angelical
mirándonos a los ojos tomándonos de la mano
era flotar en las nubes sintiendo que ese cariño
en aquel preciso instante nacía de nuestro pecho
en nuestras incipientes vidas era un oasis de paz.
Momentos maravillosos que nuestros corazones
llenaba de mil historias, de sueños y de ilusiones,
qué aún perduran en mi mente como el amor ideal.
Adiós cariñito lindo, luz fuiste en mi oscuridad,
no olvides que te he querido toda la vida
e intuyo que no te podré olvidar.
Antonio Jurado - ESPAÑA
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