JAVIER TOMAS
Sub Administrador
Una vez en el puerto te vi andar
me saltó el corazón, no me olvido,
con el fondo del mar
y tus ojos verde olivo.
Ya no quise despertar
ni ser ese pájaro altivo
que por alto no sabe amar
y vuela lejos sin motivo.
Una vez te vi andar
pisadas de ser divino
arrullada por el cantar
de un viento furtivo
que a tus pies, al pasar,
se rinde a lo prohibido
por no poderse enamorar
aunque se sienta lascivo.
Una vez te vi andar
y desde entonces no vivo
dulce muerte al recordar
ese instante del que libo
con tu gracia al caminar
y tu vestir festivo,
que solo con tu soñar
de mi óbito revivo
me saltó el corazón, no me olvido,
con el fondo del mar
y tus ojos verde olivo.
Ya no quise despertar
ni ser ese pájaro altivo
que por alto no sabe amar
y vuela lejos sin motivo.
Una vez te vi andar
pisadas de ser divino
arrullada por el cantar
de un viento furtivo
que a tus pies, al pasar,
se rinde a lo prohibido
por no poderse enamorar
aunque se sienta lascivo.
Una vez te vi andar
y desde entonces no vivo
dulce muerte al recordar
ese instante del que libo
con tu gracia al caminar
y tu vestir festivo,
que solo con tu soñar
de mi óbito revivo
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