María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
No sé lo que he soñado
en la noche pasada;
triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.
Noté, al incorporarme,
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí, al notarlo,
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca;
mas tengo en mi tristeza una alegría.
¡Sé que aún me quedan lágrimas!.
Gustavo Adolfo Bécquer, de su libro rimas y leyendas.
Y A BÉCQUER AÚN LE QUEDABAN LÁGRIMAS
Apoyada en el inicio de la vida,
yo no sueño, yo camino despierta ,
vivo y río, río y lloro
pero sin lágrimas de añoro,
ya no me quedan lágrimas,
se acaba mi sentir en unos versos,
y, la página escrita no se moja
aunque por dentro sé que me arrepiento,
porque mis ojos solo están muy tristes,
porque en mi alma solo habita un lamento.
Y a Bécquer aún le quedaban lágrimas,
consuelo, desahogo ante la pena,
un corazón que sale como el agua
de un manantial que corre por las venas,
que llega hasta los ojos y resbalan
aguas saladas, aguas que consuelan.
Pero a mi ya no me quedan lágrimas
ni en sueños, ni en tristezas, ni en locuras,
quizá el maestro Bécquer ya lloró
en su poema toda mi amargura,
y mis lágrimas son tinta del pasado,
y mis versos tristezas que no curan.
Y a Bécquer aún le quedaban lágrimas
y mi sentir ya no llora por amor,
porque mis ojos se secaron de pena,
eso sí, ¡aún conservo el corazón!
María del Mar Ponce López
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