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Y oí tu voz

"Marí, no fumes tanto", eso me dijiste, así como si te tuviera al lado. Abrí los ojos, mis ojos cansados que no paraban de llorar ni dormida, y giré mi cabeza, pero no vi a nadie, no te vi. Desde entonces no puedo negarte que he seguido navegando, unas veces a favor de la corriente y otras en contra, y casi siempre pensando en ti, pero no, no he conseguido dejar de fumar, porque sinceramente la vida no me ha ofrecido nada más que eso, ceniza, y viéndola es como mejor me siento.

Dos muros formaban todo un mundo de sueños, una casa que se sostenía a duras penas, pero se mantenía en pie, ahora, aunque el tiempo no ha dejado de seguir su camino, esa casa sigue necesitando el muro que consiga que no se derrumbe, ya queda poco para ello, y hoy me siento más sola que nunca, por eso fumo, por eso fumo tanto... porque quiero recordar tu voz, quiero que vuelvas a hablarme y a decirme lo mismo, no quiero olvidar la caricia de tus palabras...

María del Mar Ponce López
 
Última edición:

Azrael

Miembro Conocido
Nostalgia, dolor, añoranza viven en cada palabra de su magnífica prosa, felicitaciones poeta
 
Muy hermoso relato nostálgico donde plasmas el deseo de fumar para paliar el sentimiento de soledad pero debemos buscar otras vías más saludables para no sentirnos solos porque el tabaco es muy malo para nuestra salud. Me ha gustado tu relato por la belleza y la fluidez de tu composición. Te felicito y envío un abrazo amiga.
 
Magistral prosa!!! Siempre buscamos en la niebla del silencio el sonido de esa voz que tanto nos hace falta y el humo del cigarrillo nos trae entre sus formas eso que anhelamos y está grabado en el alma. ¡Triste y bello escrito! Un placer disfrutar de sus magníficas letras, María del Mar Ponce López, reciba la más cordial felicitación y saludo.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
"Marí, no fumes tanto", eso me dijiste, así como si te tuviera al lado. Abrí los ojos, mis ojos cansados que no paraban de llorar ni dormida, y giré mi cabeza, pero no vi a nadie, no te vi. Desde entonces no puedo negarte que he seguido navegando, unas veces a favor de la corriente y otras en contra, y casi siempre pensando en ti, pero no, no he conseguido dejar de fumar, porque sinceramente la vida no me ha ofrecido nada más que eso, ceniza, y viéndola es como mejor me siento.

Dos muros formaban todo un mundo de sueños, una casa que se sostenía a duras penas, pero se mantenía en pie, ahora, aunque el tiempo no ha dejado de seguir su camino, esa casa sigue necesitando el muro que consiga que no se derrumbe, ya queda poco para ello, y hoy me siento más sola que nunca, por eso fumo, por eso fumo tanto... porque quiero recordar tu voz, quiero que vuelvas a hablarme y a decirme lo mismo, no quiero olvidar la caricia de tus palabras...

María del Mar Ponce López

Cuanta nostalgia en tus letras querida amiga,hay personas que siempre están presentes viviendo y latiendo en nuestro interior,precioso escrito,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

Ingrid Zetterberg

Miembro Conocido
Bella prosa amiga Marimar....mas tiene nostalgia entre sus letras...a alguien que extrañas quizás....amiga querida, no sé si aún sigues en este foro...pero yo he regresado después de mucho tiempo. Te dejo mi abrazo grande.
 

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