María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
"Marí, no fumes tanto", eso me dijiste, así como si te tuviera al lado. Abrí los ojos, mis ojos cansados que no paraban de llorar ni dormida, y giré mi cabeza, pero no vi a nadie, no te vi. Desde entonces no puedo negarte que he seguido navegando, unas veces a favor de la corriente y otras en contra, y casi siempre pensando en ti, pero no, no he conseguido dejar de fumar, porque sinceramente la vida no me ha ofrecido nada más que eso, ceniza, y viéndola es como mejor me siento.
Dos muros formaban todo un mundo de sueños, una casa que se sostenía a duras penas, pero se mantenía en pie, ahora, aunque el tiempo no ha dejado de seguir su camino, esa casa sigue necesitando el muro que consiga que no se derrumbe, ya queda poco para ello, y hoy me siento más sola que nunca, por eso fumo, por eso fumo tanto... porque quiero recordar tu voz, quiero que vuelvas a hablarme y a decirme lo mismo, no quiero olvidar la caricia de tus palabras...
María del Mar Ponce López
Dos muros formaban todo un mundo de sueños, una casa que se sostenía a duras penas, pero se mantenía en pie, ahora, aunque el tiempo no ha dejado de seguir su camino, esa casa sigue necesitando el muro que consiga que no se derrumbe, ya queda poco para ello, y hoy me siento más sola que nunca, por eso fumo, por eso fumo tanto... porque quiero recordar tu voz, quiero que vuelvas a hablarme y a decirme lo mismo, no quiero olvidar la caricia de tus palabras...
María del Mar Ponce López
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