Yan
Miembro Conocido
Yo estoy contigo
A las buenas obras nos invitan
los gritos ahogados de la miseria
y los mandamientos que el vivir nos solicita.
No se condena con la indiferencia
sino con la penitencia de abrir el corazón
a la purificación por el arrepentimiento sincero.
Al despertar bajo un sol de radiante oro,
siente que el ayer es antigua luz;
el hoy es el éxodo al mañana envuelto
en la seda de la esperanza.
Aférrate a la premisa de ser fruto alcanzable
para el que siente hambre.
Si una lágrima rompe con la armonía de tus ojos,
no consideres que tus pies se hunden en el fango;
afánate con coraje en apartar el temor
que te resta ímpetu para perseverar
como si se tratase de tu última oportunidad.
Cree profundamente en las loables capacidades
que reinan en ti;
no desfallezcas cobardemente en tu intento
por redimir las cadenas que te atan a la cárcel
que has construido a través de tus debilidades
y falta de voluntad.
No busques codiciosamente el camino de la paz fuera de tu valle;
búscalo en el jardín que florece en tu interior
y cuando lo hayas encontrado, comprenderás que amarte
y valorarte son los estandartes de la felicidad suprema.
Recuerda cultivar el amor libre de condiciones;
déjalo crecer como el fino tallo de una amapola
que alza su color al cielo sin límites.
Posa tu mano afectuosa y solidaria a quien en soledad
padece y llora su destino incierto.
Entrega tu fe inquebrantable y poblada de humildad
a la magia divina que ondea en el Universo.
Ten presente que tu cuerpo es el cofre que guarda
la gema más preciada que posees: TU ESPÍRITU,
tienes la responsabilidad de cuidarlo y respetarlo;
en esa medida tu autoestima se fortalecerá.
Libérate de las angustias que cercenan la quietud de tus días;
no te castigues provocando tormentos, que sólo te conducen
a la desmotivación y a perder el encanto por la vida
que fluye a tu lado.
Camina con la firme convicción de lograr cada uno de tus objetivos;
los obstáculos siempre pernoctarán en tu andar.
Eres el guerrero de tu propia victoria;
sólo tú puedes hacerlo, confía en tu intuición
y te llevará a puerto seguro.
Sonríe aunque el viento helado endurezca tus labios;
no estás solo, YO ESTOY CONTIGO.