Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
En este sin par convento
que nos hemos inventado
alguien la llave ha robado
de donde guardo el contento.
Veremos cómo les cuento
a los frailes la noticia,
pensarán que la avaricia
me ha llevado a lo peor.
Más temor tengo al Prior,
pues tiene muy mala idea
y no quiero que se crea
que he sido yo el bebedor.
Pues por borracho me tiene
cuando él bebe más que Baco,
como si fuese un cosaco
y a reprenderme a mí viene.
No existe noche que cene
sin su cuartillo de vino.
Así mezcla lo divino
con lo humano y sus razones
son que vino y oraciones
hacen más corto el camino.
Hablaré con la Abadesa,
diré que esconda la llave
y, si ninguno lo sabe,
para mí será la presa.
Si me da de sobremesa,
como postre, una chiquilla
juro a Dios que abro la arquilla
y le pago un buen dinero.
No hay nada tan placentero
que unos besos de doncella
y si encima es guapa y bella
a la Gloria los prefiero.
Que Allí dicen que está Dios,
la Virgen y Magdalena,
pero después de una cena
mejor son una que dos.
Voy de la Abadesa en pos
para que no se le olvide
y si más oro me pide
le puedo decir: - ¡Mañana! -.
Tráigame la barragana,
por algo soy quien preside.
que nos hemos inventado
alguien la llave ha robado
de donde guardo el contento.
Veremos cómo les cuento
a los frailes la noticia,
pensarán que la avaricia
me ha llevado a lo peor.
Más temor tengo al Prior,
pues tiene muy mala idea
y no quiero que se crea
que he sido yo el bebedor.
Pues por borracho me tiene
cuando él bebe más que Baco,
como si fuese un cosaco
y a reprenderme a mí viene.
No existe noche que cene
sin su cuartillo de vino.
Así mezcla lo divino
con lo humano y sus razones
son que vino y oraciones
hacen más corto el camino.
Hablaré con la Abadesa,
diré que esconda la llave
y, si ninguno lo sabe,
para mí será la presa.
Si me da de sobremesa,
como postre, una chiquilla
juro a Dios que abro la arquilla
y le pago un buen dinero.
No hay nada tan placentero
que unos besos de doncella
y si encima es guapa y bella
a la Gloria los prefiero.
Que Allí dicen que está Dios,
la Virgen y Magdalena,
pero después de una cena
mejor son una que dos.
Voy de la Abadesa en pos
para que no se le olvide
y si más oro me pide
le puedo decir: - ¡Mañana! -.
Tráigame la barragana,
por algo soy quien preside.
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