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ESPINELAS POR LA VIDA (Décimas).

ESPINELAS POR LA VIDA

Mi pluma debe crecer
hasta volverse gemido,
eco del tenue latido

en los niños por nacer.
Desde el vientre han de temer
las leyes que los ignoran,
cruel pesadilla avizoran:
plagas de verdes pañuelos
que los toman por señuelos
y en los caminos afloran.

Hoy la muerte se ha robado
el color de la esperanza,
sometiendo a su balanza
la decisión del Estado.
Por ello se ha disfrazado
bien camuflada de verde
-mas la esperanza se pierde
toda de negro vestida-
y en el valor de la vida
hace que el pueblo discuerde.

Los abortistas expiden
sus falacias orgullosos...
"¡Silencio padres culposos,
sólo las madres deciden!"
Pues, los embriones se miden
como fracción de matriz.
Para salvar el desliz,
manipulando la ciencia,
prostituyen la conciencia
en su moral meretriz.

La cultura de la muerte
ya logró lo que quería,
vocifera su alegría
y danzando se divierte.
Hoy la soberbia trasvierte,
pues ha llenado la copa;
no servirá ni la estopa
para absorber tanta sangre
si -al ocultar su palangre-
el inocente lo topa.

© Carlos Ariel Albornoz
___________________________________
25 de marzo: Día del Niño por Nacer.
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ESPINELAS POR LA VIDA

Mi pluma debe crecer
hasta volverse gemido,
eco del tenue latido

en los niños por nacer.
Desde el vientre han de temer
las leyes que los ignoran,
cruel pesadilla avizoran:
plagas de verdes pañuelos
que los toman por señuelos
y en los caminos afloran.

Hoy la muerte se ha robado
el color de la esperanza,
sometiendo a su balanza
la decisión del Estado.
Por ello se ha disfrazado
bien camuflada de verde
-mas la esperanza se pierde
toda de negro vestida-
y en el valor de la vida
hace que el pueblo discuerde.

Los abortistas expiden
sus falacias orgullosos...
"¡Silencio padres culposos,
sólo las madres deciden!"
Pues, los embriones se miden
como fracción de matriz.
Para salvar el desliz,
manipulando la ciencia,
prostituyen la conciencia
en su moral meretriz.

La cultura de la muerte
ya logró lo que quería,
vocifera su alegría
y danzando se divierte.
Hoy la soberbia trasvierte,
pues ha llenado la copa;
no servirá ni la estopa
para absorber tanta sangre
si -al ocultar su palangre-
el inocente lo topa.

© Carlos Ariel Albornoz
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25 de marzo: Día del Niño por Nacer.
Ver el archivo adjunto 7479
Profundos versos, Carlos. Felicitaciones por tu talento!
Un abrazo.
 
ESPINELAS POR LA VIDA

Mi pluma debe crecer
hasta volverse gemido,
eco del tenue latido

en los niños por nacer.
Desde el vientre han de temer
las leyes que los ignoran,
cruel pesadilla avizoran:
plagas de verdes pañuelos
que los toman por señuelos
y en los caminos afloran.

Hoy la muerte se ha robado
el color de la esperanza,
sometiendo a su balanza
la decisión del Estado.
Por ello se ha disfrazado
bien camuflada de verde
-mas la esperanza se pierde
toda de negro vestida-
y en el valor de la vida
hace que el pueblo discuerde.

Los abortistas expiden
sus falacias orgullosos...
"¡Silencio padres culposos,
sólo las madres deciden!"
Pues, los embriones se miden
como fracción de matriz.
Para salvar el desliz,
manipulando la ciencia,
prostituyen la conciencia
en su moral meretriz.

La cultura de la muerte
ya logró lo que quería,
vocifera su alegría
y danzando se divierte.
Hoy la soberbia trasvierte,
pues ha llenado la copa;
no servirá ni la estopa
para absorber tanta sangre
si -al ocultar su palangre-
el inocente lo topa.

© Carlos Ariel Albornoz
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25 de marzo: Día del Niño por Nacer.
Ver el archivo adjunto 7479
Felicitaciones por tus excelentes versos.
Un fortísimo abrazo.
 

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