Severino Esteve
Miembro Conocido
Plañían las campanas del desvelo
con un timbre metálico de muerte,
la hora incierta, el cuerpo como inerte,
la vigilia a sus anchas sin consuelo.
La mente descorrió un tupido velo
y me halló en el vacío de quererte.
Fue el vértigo sentir pero no verte,
la noche un mal de altura en pleno vuelo.
Hoy me veo rehén entre dos luces,
sin rescate, ni proa, ni cubierta,
presto de nuevo a dársela de bruces.
La suerte, como siempre, sigue incierta
jugándosela a cara, cuerpo y cruces
en medio de cualquier noche desierta.
con un timbre metálico de muerte,
la hora incierta, el cuerpo como inerte,
la vigilia a sus anchas sin consuelo.
La mente descorrió un tupido velo
y me halló en el vacío de quererte.
Fue el vértigo sentir pero no verte,
la noche un mal de altura en pleno vuelo.
Hoy me veo rehén entre dos luces,
sin rescate, ni proa, ni cubierta,
presto de nuevo a dársela de bruces.
La suerte, como siempre, sigue incierta
jugándosela a cara, cuerpo y cruces
en medio de cualquier noche desierta.