Severino Esteve
Miembro Conocido
SÍNDROME
Él tiene el síndrome de sentir
aunque no encuentres con tus ojos su mirada,
aunque tus preguntas choquen con sus silencios
y una sonrisa responda a tus palabras.
Una sonrisa sincera y espontánea
que acompaña con su gesto todo el cuerpo,
si bien hunde después su cara en la almohada
es para viajar a oscuras, para soñar despierto.
Él tiene el síndrome de los ojos rasgados
con lágrimas puntuales y emocionadas;
sabe querer, nunca lo dudes,
y abandonarse en los brazos de la mañana.
Nunca supo de historias interminables
ni de metas que apunten cualquier llegada,
su prisa siempre fue por llegar al tacto
cuando entras por la puerta de la casa.
Nació con el déficit insignificante
de un mundo más por transitar,
de bucear las crestas insondables
de una corriente cálida de alta mar.
Él es feliz a su manera
aunque muchos no comprendan la expresión
de sentirse vivo sin estar alerta,
de ahorrarse los disgustos,
de invertir en la excepción.
Es feliz mientras te tenga y lo mires…
…como lo hiciste hoy.
Él tiene el síndrome de sentir
aunque no encuentres con tus ojos su mirada,
aunque tus preguntas choquen con sus silencios
y una sonrisa responda a tus palabras.
Una sonrisa sincera y espontánea
que acompaña con su gesto todo el cuerpo,
si bien hunde después su cara en la almohada
es para viajar a oscuras, para soñar despierto.
Él tiene el síndrome de los ojos rasgados
con lágrimas puntuales y emocionadas;
sabe querer, nunca lo dudes,
y abandonarse en los brazos de la mañana.
Nunca supo de historias interminables
ni de metas que apunten cualquier llegada,
su prisa siempre fue por llegar al tacto
cuando entras por la puerta de la casa.
Nació con el déficit insignificante
de un mundo más por transitar,
de bucear las crestas insondables
de una corriente cálida de alta mar.
Él es feliz a su manera
aunque muchos no comprendan la expresión
de sentirse vivo sin estar alerta,
de ahorrarse los disgustos,
de invertir en la excepción.
Es feliz mientras te tenga y lo mires…
…como lo hiciste hoy.