Daniel
Miembro Conocido
Fue la perfecta unión, la eternidad
de dos seres cruzando aquel camino.
Los poemas sin rumbo, nuestro amor,
su llanto, mi sonrisa y al final
su historia misteriosa, tan profunda,
lograron convertir mi furia en brisa.
Su cara de amapola suave brisa
tardía, se roció de eternidad.
Sus ojos, la cascada más profunda
inundando mis manos sin camino.
Su boca fue el perdón, sino final,
al sentir la caricia del amor.
Ella era la prisión para el amor,
fuego, hielo, el insomnio de la brisa,
paz, deseo, inquietud, dueto final,
aquel beso francés, eternidad.
Tres meses con los ripios del camino
para una vida juntos y profunda.
Ella dijo con voz triste y profunda,
al alba marcharé, hazme el amor
porque no quedan noches de camino,
tan solo dejaré, luz en la brisa,
una mirada azul de eternidad
y el sueño más feliz en el final.
Así quiso llegar a su final,
el cáncer se llevó su paz profunda,
un huracán de miel y eternidad,
unida a la promesa de mi amor.
Pasado el tiempo siento aún su brisa
cada vez que recorro aquél camino.
Hoy, una poesía del camino,
el recuerdo perpetuo en el final,
la espera de sentir su tierna brisa.
Es mi esperanza firme, muy profunda,
revestir con la gala del amor
su ternura de azul eternidad.
Haremos un camino hasta el final
fundidos por la brisa más profunda,
convirtiendo en amor, la eternidad.
Muchas gracias a José Luis por ayudarme con esta, mi primera sextina.
de dos seres cruzando aquel camino.
Los poemas sin rumbo, nuestro amor,
su llanto, mi sonrisa y al final
su historia misteriosa, tan profunda,
lograron convertir mi furia en brisa.
Su cara de amapola suave brisa
tardía, se roció de eternidad.
Sus ojos, la cascada más profunda
inundando mis manos sin camino.
Su boca fue el perdón, sino final,
al sentir la caricia del amor.
Ella era la prisión para el amor,
fuego, hielo, el insomnio de la brisa,
paz, deseo, inquietud, dueto final,
aquel beso francés, eternidad.
Tres meses con los ripios del camino
para una vida juntos y profunda.
Ella dijo con voz triste y profunda,
al alba marcharé, hazme el amor
porque no quedan noches de camino,
tan solo dejaré, luz en la brisa,
una mirada azul de eternidad
y el sueño más feliz en el final.
Así quiso llegar a su final,
el cáncer se llevó su paz profunda,
un huracán de miel y eternidad,
unida a la promesa de mi amor.
Pasado el tiempo siento aún su brisa
cada vez que recorro aquél camino.
Hoy, una poesía del camino,
el recuerdo perpetuo en el final,
la espera de sentir su tierna brisa.
Es mi esperanza firme, muy profunda,
revestir con la gala del amor
su ternura de azul eternidad.
Haremos un camino hasta el final
fundidos por la brisa más profunda,
convirtiendo en amor, la eternidad.
Muchas gracias a José Luis por ayudarme con esta, mi primera sextina.
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