Daniel
Miembro Conocido
Será su cama trigo de luna acanelada
y estará despertando al campo colorido,
bañándolo un rocío de lágrimas dormido,
con leve brisa inquieta de novel alborada.
Traerás poesía a mi alma ilusionada,
mientras tiendes un puente que parece derruido,
la ilusión serán flechas que con amor Cupido
hechizará tu vientre la clara madrugada.
Yo lo estaré encendiendo con fogones y canto,
como un volcán en llamas sonará la guitarra
y en vuelo de palomas reirás con mis delirios.
En tarde soleada el cielo teje un manto,
el ruiseñor cantando junto con la cigarra,
y desde la montaña aroma, rosas, lirios.
Despertará sonrisas, ternura, un bello encanto,
mirar al río lento, manso, desde la parra,
entretanto discuten las nubes como Tirios.
Se hará mágica noche llegando el Alicanto
a tu vientre, entregando su brillo, sin tabarra,
iremos hasta el santo a donarle los cirios.
Tu piel se irá tornando más sedosa y rosada
al crecer con los meses ese amor preferido,
le daremos caricias con besos en su nido,
perfumes y un suspiro en tierna madrugada.
Le llegarán regalos desde el sol en la rada,
de las ninfas y gnomos, un tesoro prohibido,
de la tierra, ternura, de la vida el latido,
cuando nazca ese viento la alegría soñada.
y estará despertando al campo colorido,
bañándolo un rocío de lágrimas dormido,
con leve brisa inquieta de novel alborada.
Traerás poesía a mi alma ilusionada,
mientras tiendes un puente que parece derruido,
la ilusión serán flechas que con amor Cupido
hechizará tu vientre la clara madrugada.
Yo lo estaré encendiendo con fogones y canto,
como un volcán en llamas sonará la guitarra
y en vuelo de palomas reirás con mis delirios.
En tarde soleada el cielo teje un manto,
el ruiseñor cantando junto con la cigarra,
y desde la montaña aroma, rosas, lirios.
Despertará sonrisas, ternura, un bello encanto,
mirar al río lento, manso, desde la parra,
entretanto discuten las nubes como Tirios.
Se hará mágica noche llegando el Alicanto
a tu vientre, entregando su brillo, sin tabarra,
iremos hasta el santo a donarle los cirios.
Tu piel se irá tornando más sedosa y rosada
al crecer con los meses ese amor preferido,
le daremos caricias con besos en su nido,
perfumes y un suspiro en tierna madrugada.
Le llegarán regalos desde el sol en la rada,
de las ninfas y gnomos, un tesoro prohibido,
de la tierra, ternura, de la vida el latido,
cuando nazca ese viento la alegría soñada.