Daniel
Miembro Conocido
No precisa que la luna
nos alumbre con su brillo,
ni que el mar de arena, cubra
las huellas de nuestro idilio,
solo importa la locura
de la piel en el exilio,
cuando la pasión es musa,
para un poema no escrito.
No hace falta la mesura
si mis manos han sentido
que es un fuego tu pintura
sobre el lienzo del camino;
lo que vale es la ternura
en el mirar encendido
y al desnudo ser la suma
del instinto primitivo.
Es la sangre la que pugna
por romper el equilibrio
y poner bajo la lupa
este consorcio ladino,
que al frenesí lo censuran
si no tiene un apellido
y cariño es la ley pura
bajo este cielo divino.
Pretenden que son la puja
del remate al paraíso
y la droga donde surja
la ilusión del viejo abismo.
Los amantes solo buscan
encerrar el raciocinio,
para sembrar en la lluvia
un amor sin egoísmo.
nos alumbre con su brillo,
ni que el mar de arena, cubra
las huellas de nuestro idilio,
solo importa la locura
de la piel en el exilio,
cuando la pasión es musa,
para un poema no escrito.
No hace falta la mesura
si mis manos han sentido
que es un fuego tu pintura
sobre el lienzo del camino;
lo que vale es la ternura
en el mirar encendido
y al desnudo ser la suma
del instinto primitivo.
Es la sangre la que pugna
por romper el equilibrio
y poner bajo la lupa
este consorcio ladino,
que al frenesí lo censuran
si no tiene un apellido
y cariño es la ley pura
bajo este cielo divino.
Pretenden que son la puja
del remate al paraíso
y la droga donde surja
la ilusión del viejo abismo.
Los amantes solo buscan
encerrar el raciocinio,
para sembrar en la lluvia
un amor sin egoísmo.