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La conciencia del caminante (Octavillas reales)

Yo le he cantado a la vida
a los sueños y las flores,
al trinar de ruiseñores
en la mañana dormida.
También al alma suicida
cuando la pena desgarra
y siente la cimitarra
del hielo en su ser hundida.

La ternura en mí delira
cuando ríe un inocente,
pues la niñez es la fuente
que la palabra respira.
He plasmado toda ira
si la justicia no alcanza,
porque la letra es la lanza
para abolir la mentira.

Soy madre tierra en el grito
cuando sus bosques arrasan
y sus climas los desfasan
con la industria del delito.
Pero mi centro derrito
cuando el amor se hace luna
y su fruto está en la cuna
forjado en sol y granito.

Mi corazón es aliento
que por el camino fluye,
donde este verso construye
la libertad que cimiento.
No soy poeta, soy viento,
que existe por el paisaje
y mi conciencia es el traje
que visto en mi paso lento.
 
Yo le he cantado a la vida
a los sueños y las flores,
al trinar de ruiseñores
en la mañana dormida.
También al alma suicida
cuando la pena desgarra
y siente la cimitarra
del hielo en su ser hundida.

La ternura en mí delira
cuando ríe un inocente,
pues la niñez es la fuente
que la palabra respira.
He plasmado toda ira
si la justicia no alcanza,
porque la letra es la lanza
para abolir la mentira.

Soy madre tierra en el grito
cuando sus bosques arrasan
y sus climas los desfasan
con la industria del delito.
Pero mi centro derrito
cuando el amor se hace luna
y su fruto está en la cuna
forjado en sol y granito.

Mi corazón es aliento
que por el camino fluye,
donde este verso construye
la libertad que cimiento.
No soy poeta, soy viento,
que existe por el paisaje
y mi conciencia es el traje
que visto en mi paso lento.
Preciosas octavas, todo un placer su lectura. Un abrazo muy cordial.
Miguel
 

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