Mascaversos.
Miembro Conocido
Tras leer "el banquete" de Platón no puedo dejar de hacer mi pequeña ofrenda al dios Heros (El amor) Y como no, en estas fechas.
Sin duda estoy con Fedro en eso de que, siendo un Dios tan primordial por ser de los primeros y motor de la vida no reciba toda la impotancia que merece.
Mire usted que es en Platón,
emblema de la cordura,
donde esta razón de altura
es regalo al corazón.
Con su tan buena intención
grande Platón, inocente,
pero Platón no es el cliente
ni para él es la canción,
pero sí que me ha influido
con su banquete dichoso
de prender este ardoroso
soneto para cupido.
Se lo regalo al amor
encarnado en el dios Heros,
el llegó de los primeros
pues Heros es el motor
y nada florecería
ni en tu cuerpo, ni en el mío,
tal como en campo baldío
sin su amorosa energía.
Combustible de placeres,
de la pareja la lumbre,
el amor es una cumbre
donde se unen caracteres.
Y a por él, como un venablo,
va el soneto alejandrino
a ver si con el atino
y una relación entablo.
------ ------
A Heros (Cupido)
La tierra (como el cielo) miraban a otro lado,
la tierra se buscaba profunda en sus cavernas,
el cielo, por su parte, sin brazos y sin piernas
miraba los luceros de un cúmulo estrellado.
El trasto de cupido que andaba entusiasmado
con bromas y cortejos al haz de unas lucernas
se forma una pregunta ¿Por qué no los gobiernas?
Y mira los engarces del arco a su costado.
Agarra un par de flechas y grita ¡Dos por uno!
Y de un solo disparo que alcanza a los dos seres
atina en puntería cumpliendo en sus quehaceres.
Por gusto o por desidia su lance fue oportuno,
la tierra, enamorada, se entrega hacia su cielo
y el cielo, que responde, de besos llena el suelo.
José J. Torres
Sin duda estoy con Fedro en eso de que, siendo un Dios tan primordial por ser de los primeros y motor de la vida no reciba toda la impotancia que merece.
Mire usted que es en Platón,
emblema de la cordura,
donde esta razón de altura
es regalo al corazón.
Con su tan buena intención
grande Platón, inocente,
pero Platón no es el cliente
ni para él es la canción,
pero sí que me ha influido
con su banquete dichoso
de prender este ardoroso
soneto para cupido.
Se lo regalo al amor
encarnado en el dios Heros,
el llegó de los primeros
pues Heros es el motor
y nada florecería
ni en tu cuerpo, ni en el mío,
tal como en campo baldío
sin su amorosa energía.
Combustible de placeres,
de la pareja la lumbre,
el amor es una cumbre
donde se unen caracteres.
Y a por él, como un venablo,
va el soneto alejandrino
a ver si con el atino
y una relación entablo.
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A Heros (Cupido)
La tierra (como el cielo) miraban a otro lado,
la tierra se buscaba profunda en sus cavernas,
el cielo, por su parte, sin brazos y sin piernas
miraba los luceros de un cúmulo estrellado.
El trasto de cupido que andaba entusiasmado
con bromas y cortejos al haz de unas lucernas
se forma una pregunta ¿Por qué no los gobiernas?
Y mira los engarces del arco a su costado.
Agarra un par de flechas y grita ¡Dos por uno!
Y de un solo disparo que alcanza a los dos seres
atina en puntería cumpliendo en sus quehaceres.
Por gusto o por desidia su lance fue oportuno,
la tierra, enamorada, se entrega hacia su cielo
y el cielo, que responde, de besos llena el suelo.
José J. Torres
Última edición:
me he dado cuenta rápido, besos 
un abrazo
